martes, 28 de junio de 2011

Las exolunas podrían ser excelentes incubadoras


Ilustración artística de una hipotética exoluna similar a la Tierra, en órbita alrededor de un gigante de gas en la zona habitable de un sistema solar extraterrestre. Crédito: Dan Durda.

Con la llegada de la misión Cassini-Huygens al satélite Titán de Saturno en 2004, los terrestres nos volvimos plenamente conscientes de que podría haber lunas similares orbitando planetas de tamaño similar en otros sistemas solares además del nuestro. Estas lunas extrasolares, o exolunas, pueden ser un poco difíciles de distinguir con nuestro equipamiento actual, pero nuestro alcance tecnológico ha mejorado mucho en los últimos años. Ahora, los estudios actuales sugieren que no sólo puede ser normal que existan estos satélites, sino que también podrían ser habitables.

Como sabemos, no hay exactamente una falta de candidatos planetarios que sean acogedores para la vida. Al menos 40 de los descubiertos hasta ahora están dentro de la tolerancia para ser “similares a la Tierra” y es sólo cuestión de tiempo antes que los tiempos de tránsito (técnicas conocidas como TTV y TDV) y las variaciones de bamboleo nos permitan detectar sus lunas. Si hay potencial para el planeta gigante, ¿por qué no para su compañera?

“Los satélites de planetas extrasolares (exolunas) han sido propuestos recientemente como objetivos astrobiológicos. Dado que se cree que los planetas gigantes en zonas habitables han emigrado hasta allí, es posible que puedan haber capturado un antiguo planeta terrestre o unplanetesimal”, dicen Simon Porter del Observatorio Lowell y William Grundy de la Universidad Estatal de Arizona.

Aunque somos conscientes de la existencia de exoplanetas donde es posible la vida, aún no estamos seguros de cómo llegaron a su posición actual. Las simulaciones muestran que pueden haberse formado en el borde de donde puede existir el hielo, pero esto también los hace un poco inhóspitos. Las migraciones en el disco podrían llevarlos más cerca de su estrella madre, pero esto también los hace insoportablemente calientes. No obstante, hay una teoría que dice que durante estos movimientos algunos de los planetesimales podrían haber sido “intercambiados” en el proceso.

“Por lo tanto, intentamos modelar la evolución dinámica de un planeta terrestre capturado en órbita alrededor de un planeta gigante en la zona habitable de una estrella”, dicen Porter y Grundy. “Descubrimos que aproximadamente la mitad de las órbitas poco elípticas se convierten en órbitas circulares estables en escalas de tiempo de unos pocos millones de años. También encontramos que la mayoría de esas órbitas tienen una baja inclinación, pero no tienen ninguna preferencia progrado/retrógrada”.

En este momento, los candidatos más probables para tener exolunas aptas para la vida serían planetas muy similares a Neptuno y orbitarían una estrella similar al Sol. Una vez que estos satélites de masa similar a la de la Tierra se han estabilizado en una órbita de larga duración, deberían estar dentro del rango para poder ser encontrados usando la variación de tiempo de tránsito, mucho más fuerte que la variación de duración, incuso si su órbita es muy cercana a la estrella madre.

“Además, calculamos el tiempo de tránsito y variación de duración para los sistemas resultantes, y descubrimos que las exolunas potencialmente habitables de masa terrestre deberían ser detectables”, informa el equipo. “Incluso con estas órbitas estrechas, algunas exolunas continúan dentro del rango de detección. La combinación de las técnicas TTV y TDV puede ofrecer una señal de detección más fuerte que la fotometría para estas órbitas, aunque ambas podrían detectar algunas de las órbitas producidas”.



Fuente Original: Cosmo Noticias -  Universe Today