Los astrónomos creen que el principal mecanismo por el que una estrella obtiene una velocidad mayor a los tres millones de kilómetros por hora (más de unos dos millones de millas por hora) es pasar muy cerca del agujero negro supermasivo del centro de su galaxia sin ser atrapada por él.
Hasta ahora, los astrónomos han encontrado 16 de estas estrellas "hiperveloces". Aunque están viajando lo bastante rápido como para escapar finalmente del alcance gravitacional de la galaxia, han sido descubiertas mientras están todavía dentro de ella.
Recientemente, el equipo de las investigadoras Kelly Holley-Bockelmann y Lauren Palladino, ambas de la Universidad Vanderbilt, en Nashville, Tennessee, Estados Unidos, confirman que han identificado más de 675 estrellas en los alrededores de la Vía Láctea que, al parecer, son estrellas hiperveloces expulsadas del núcleo galáctico. Seleccionaron estas estrellas a raíz de su ubicación en el espacio intergaláctico entre la Vía Láctea y la cercana galaxia de Andrómeda y por su peculiar coloración roja.
Los análisis espectroscópicos denotan que esas estrellas se formaron en un entorno en el que ya vivieron otras estrellas previamente, o sea rico en polvo estelar de "cadáveres" de estrellas. En otras palabras, su composición química indica que se formaron dentro de una galaxia.
Las investigadoras identificaron a estas estrellas mediante el análisis de los millones de soles catalogados en el proyecto SDSS (Sloan Digital Sky Survey).
"Pensamos que esas estrellas solitarias debían estar allí, fuera de la galaxia, pero nadie antes las había buscado. Así que decidimos intentarlo", explica Holley-Bockelmann.
En los últimos años, los astrónomos han encontrado evidencias de la presencia de agujeros negros supermasivos en el centro de muchas galaxias. Estiman que el agujero negro en el centro de la Vía Láctea tiene una masa de cuatro millones de veces la de nuestro Sol. Calculan que el campo gravitacional que rodea a ese agujero negro supermasivo es lo bastante fuerte como para acabar acelerando a algunas de las estrellas que logran escapar, hasta velocidades suficientemente altas como para que puedan vencer a la gravedad galáctica y salir fuera de la Vía Láctea.
El escenario típico consiste en una pareja de estrellas (un sistema binario) que pasa cerca del agujero negro. Separadas a cierta distancia, es relativamente fácil que una se acerque más al agujero negro que la otra. A medida que la estrella desafortunada gira cada vez más cerca del agujero negro, cayendo hacia él, su compañera queda separada y se ve lanzada hacia el exterior a una enorme velocidad.
Un segundo escenario tiene lugar durante los períodos en los que el agujero negro central está en el proceso de ingerir a un agujero negro más pequeño. Cualquier estrella que se acerque lo suficiente a la efímera pareja de agujeros negros sin ser tragada por ninguno de ellos, también puede obtener un impulso que la catapulte rumbo al vacío intergaláctico.
Incluso viajando a esa elevadísima velocidad, una estrella tardaría alrededor de 10 millones de años en volar desde el centro de la galaxia hasta el extremo de un brazo espiral de la Vía Láctea, a 50.000 años-luz de distancia.
Fuente: Noticias del Espacio
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