A medida que continuamos explorando el Sistema Solar, surge inevitablemente la cuestión de la habitación o colonización. Las bases habitadas en la Luna o Marte, por ejemplo, han sido durante un largo tiempo el sueño de muchos. Hay un deseo natural de explorar tan lejos como podamos ir, y también de extender la presencia de la humanidad en una base permanente o, al menos, semi-permanente. Para hacer esto, sin embargo, es necesario adaptarse a diferentes ambientes extremos. En la Luna, por ejemplo, una colonia debe ser auto sostenible y proteger a sus habitantes del duro ambiente exterior carente de aire.
Marte, sin embargo, es diferente. Aunque las futuras bases podrían adaptarse al ambiente marciano, también existe la posibilidad de modificar el entorno en lugar de sólo coexistir con él. Este proceso es conocido como “terraformación”; esencialmente, se trata de intentar ‘jugar’ con la atmósfera y el ambiente de Marte para hacerlos más similares a los de la Tierra. Aunque aún estamos muy lejos tecnológicamente, la terraformación del Planeta Rojo es vista como una posibilidad futura. Tal vez, la pregunta más importante es: ¿deberíamos hacerlo?
Una de las principales cuestiones es si Marte tiene algún tipo de vida o no. En este caso, ¿cómo afecta al problema de la colonización o terraformación?
Si Marte tiene alguna clase de biósfera, debería ser preservada tanto como fuese posible. Aún no sabemos si Marte posee una biósfera, pero la posibilidad, que se ha incrementado en base a descubrimientos recientes, debe ser tomada en cuenta. Un descubrimiento tan valioso, que podría enseñarnos muchísimo acerca de cómo surgió la vida en ambos mundos, debería ser completamente resguardado. Pequeñas colonias pueden estar bien, pero vivir en Marte no debería ser a expensas de los hábitats nativos, si es que existen. El mejor lugar para buscar vida en Marte es bajo la superficie. Si la superficie es realmente tan estéril y árida como parece ser, entonces las colonias no deberían ser un problema. También se ha sugerido que las cuevas marcianas serían hábitats ideales para los humanos, sirviendo como una protección natural contra las duras condiciones en la superficie. Es cierto, pero si resulta que otra ‘cosa’ ya estableció su residencia en dichas cuevas, entonces deberíamos dejar solos a aquellos organismos. Si Marte es el hogar de cualquier tipo de vida, la terraformación no debería ser un tema.
¿Y si en Marte no hay vida? Incluso si allí no existiese vida, este ambiente extraterrestre prístino y único, apenas arañado por los humanos, necesita ser preservado tanto como sea posible. Ya hemos hecho demasiado daño aquí, en nuestro propio planeta. Mediante el estudio de Marte y otros planetas y lunas en su actual estado natural, podemos aprender mucho acerca de sus historias y también aprender más acerca de nuestro propio mundo en este contexto. Deberíamos apreciar la variedad de mundos en lugar de simplemente transformarlos para adaptarlos a nuestras propias ambiciones.
También está el problema más actual: el de la contaminación. Ha habido un protocolo desde hace mucho tiempo, a través del Tratado del Espacio Ultraterrestre de 1967, para que todas las naves espaciales que vayan a la Luna o Marte sean esterilizadas tanto como sea posible. Si una bacteria de la Tierra llega a la superficie de Marte y sobreviviese, complicaría la búsqueda de vida allí; si un aterrizador o un rover identificara organismos vivos en el suelo, sería difícil determinar si fuesen sólo contaminación o formas de vida nativa. Desde una perspectiva tanto científica como ética, parecería prudente intentar proteger a Marte tanto como podamos de los intrusos terrestres. Esto se aplica de igual manera si Marte está habitado o no. Afortunadamente, a cualquier clase de bacteria o microorganismo de la Tierra le sería muy difícil si no imposible sobrevivir en la superficie marciana, y prosperar sería mucho más difícil aún.
El riesgo de una contaminación a escala planetaria es insignificante, pero aún así es mejor tomar estrictas medidas de prevención en vez de jugar con las probabilidades.
Vea también este excelente paper (en inglés) del astrobiólogo Chris McKay. Resumen del estudio:
La ecosíntesis planetaria en Marte está siendo seriamente discutida dentro del campo de la ciencia planetaria. Parece que restaurar una gruesa atmósfera en Marte y recrear un entorno habitable para muchas formas de vida es posible. Es importante ahora considerar si “debería” realizarse. Esto nos lleva a un territorio nuevo e interesante en ética ambiental, pero tanto los argumentos utilitarios como los intrínsecos apoyan la idea de la ecosíntesis planetaria. Los argumentos de estricto preservacionismo no lo hacen. Es importante tener una visión a largo plazo de la vida en Marte y las posibilidades de la ecosíntesis planetaria. Esto afecta a cómo exploramos ahora a Marte. Marte bien puede ser nuestro primer paso hacia el universo biológico, es un paso que deberíamos tomar cuidadosamente.
Y usted, ¿qué piensa? ¿Deberíamos terraformar Marte?
Fuente: Cosmo Noticias - Universe Today
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