sábado, 12 de noviembre de 2011

Meteorología - Avalan científicamente la existencia de los arcoíris triples

Hasta ahora, muchos científicos creían que los avistamientos de arcoíris triples eran tan fantasiosos como el mito de que al final del arcoíris hay un tesoro escondido por un duende.

Estas rarezas ópticas legendarias han sido finalmente confirmadas gracias a la perseverancia de fotógrafos y a un nuevo modelo meteorológico que proporciona la base científica que permite encontrarlos.

Raymond Lee, profesor de meteorología en la Academia Naval Estadounidense, no fue quien tomó esas fotos, pero sí las hizo posibles. Hace un año, Lee predijo en qué circunstancias los arcoíris triples podrían aparecer, y animó a los cazadores de arcoíris a encontrarlos.

Aunque asombrosamente raro, el arcoíris triple es un producto natural de la combinación de refracción, dispersión, y reflexión dentro de las gotas de lluvia. Estos son los mismos procesos que crean todos los arcoíris, pero llevados a una situación extrema, la cual permite producir estas variantes tan impresionantes.

La refracción es el fenómeno que ocurre cuando la luz cambia de dirección al pasar del aire al agua o viceversa. Hay refracción cuando vemos como si estuviera doblada una cuchara sumergida en un vaso con agua mientras sobresale la parte superior. La refracción es también lo que hace parecer que los remos están torcidos cuando se sumergen parcialmente.

Las gotas de agua tuercen la dirección de cada uno de los colores en la luz del Sol por un ángulo ligeramente diferente. Eso se llama dispersión, y es el fenómeno que separa los colores para crear un arcoíris.

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El tercer arcoíris se ve muy cerca del Sol. (Foto: Michael Theusner/Applied Optics)



La mayor parte de esa luz multicolor pasa a través de la gota de lluvia, pero otra parte se refleja. La curvatura esférica de las gotas de lluvia concentra esas reflexiones a 138 grados respecto al Sol. Esta luz concentrada es tan luminosa que crea un arcoíris primario visible.

Un segundo arcoíris se produce, en el caso de un arcoíris doble, porque no toda esa luz atraviesa la gota de lluvia de una sola vez. Una parte de la luz vuelve a iniciar el proceso. Aunque para el segundo arcoíris hay menos luz disponible que para el primero, a veces es lo bastante luminoso como para que el arcoíris secundario sea visible justo más allá del primero.

Una tercera serie de reflexiones crea un arcoíris terciario. Está aún más oscurecido que el arcoíris secundario, y es mucho más difícil de encontrar porque en lugar de formarse lejos de la posición ocupada en el cielo por el disco solar, el arcoíris terciario se forma justo alrededor del Sol. Los observadores deben lograr obtener imágenes del cielo en las que la luz intensa del Sol se haya atenuado lo suficiente, por medio del procesamiento de la imagen, como para permitir ver el tenue arcoíris terciario, algo difícil de conseguir.



Fuente: Noticias de la Ciencia y la Tecnología

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