La sonda lunar de la NASA LRO (Lunar Reconnaissance Orbiter), equipada con una cámara de alta resolución, ha continuado fotografiando la superficie del satélite y obteniendo material histórico interesante. La agencia estadounidense acaba de presentar imágenes de los lugares de aterrizaje de las misiones Apolo-12, 14 y 17, que muestran claramente la situación de los vehículos e instrumentos, así como los rastros dejados por los astronautas.
La resolución es lo bastante buena como para permitir a los científicos seguir las rutas seguidas por el vehículo Rover del Apolo-17, o discernir los lugares en los que se tomaron muestras. Las huellas, o más bien los rastros dejados por los astronautas en el polvoriento suelo, ayudan a señalar las rutas seguidas por ellos, desde que bajaron de sus módulos lunares hasta que volvieron a subir a ellos para regresar. Es especialmente emotivo distinguir los últimos pasos efectuados por los astronautas del Apolo-17, las últimas huellas dejadas por el Hombre en la superficie de la Luna.
Las imágenes se tomaron con la Narrow Angle Camera (parte de la cámara LROC) de la sonda LRO, que se beneficiaron de la baja altitud del vehículo. Se habían obtenido fotografías semejantes con anterioridad, pero ahora los rastros son mucho más claros y definidos.
En las imágenes pueden verse los paquetes de instrumentos ALSEP, que fueron instalados para obtener información de la geología lunar y del entorno. En la imagen de la zona del Apolo-12 es visible incluso el recorrido de los cables que alimentaban el ALSEP. Estos no son directamente visibles (su diámetro es muy reducido) pero sí reflejan mucha luz que puede apreciarse desde la órbita.
La LRO fue colocada durante 28 días en una órbita muy elíptica, que pasaba alternativamente a 50 y 21 km sobre la superficie. Durante ese tiempo, la Luna dio una vuelta completa sobre su eje, y la sonda pudo fotografiar todo su suelo con la Wide Angle Camera. Después, los controladores ordenaron retornar a una órbita superior, donde las perturbaciones gravitatorias son menores.
La resolución es lo bastante buena como para permitir a los científicos seguir las rutas seguidas por el vehículo Rover del Apolo-17, o discernir los lugares en los que se tomaron muestras. Las huellas, o más bien los rastros dejados por los astronautas en el polvoriento suelo, ayudan a señalar las rutas seguidas por ellos, desde que bajaron de sus módulos lunares hasta que volvieron a subir a ellos para regresar. Es especialmente emotivo distinguir los últimos pasos efectuados por los astronautas del Apolo-17, las últimas huellas dejadas por el Hombre en la superficie de la Luna.
Las imágenes se tomaron con la Narrow Angle Camera (parte de la cámara LROC) de la sonda LRO, que se beneficiaron de la baja altitud del vehículo. Se habían obtenido fotografías semejantes con anterioridad, pero ahora los rastros son mucho más claros y definidos.
En las imágenes pueden verse los paquetes de instrumentos ALSEP, que fueron instalados para obtener información de la geología lunar y del entorno. En la imagen de la zona del Apolo-12 es visible incluso el recorrido de los cables que alimentaban el ALSEP. Estos no son directamente visibles (su diámetro es muy reducido) pero sí reflejan mucha luz que puede apreciarse desde la órbita.
La LRO fue colocada durante 28 días en una órbita muy elíptica, que pasaba alternativamente a 50 y 21 km sobre la superficie. Durante ese tiempo, la Luna dio una vuelta completa sobre su eje, y la sonda pudo fotografiar todo su suelo con la Wide Angle Camera. Después, los controladores ordenaron retornar a una órbita superior, donde las perturbaciones gravitatorias son menores.
Zona de aterrizaje del Apolo-17. (Foto: NASA's Goddard Space Flight Center/ASU)
Fuente Original: Noticias del Espacio
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