Este hallazgo no sólo es de interés para los científicos que reconstruyen el pasado de la Tierra. Incumbe a una parte importante de la población mundial del siglo XXI, teniendo en cuenta el creciente peligro de un deshielo caótico de la Antártida y Groenlandia, provocado por el calentamiento global, y que agravaría el flujo de hielo hacia el mar en forma de icebergs, y la elevación global del nivel del mar. Una de las áreas más vulnerables es la Capa de Hielo de la Antártida Occidental. Además, esta capa por sí sola elevaría el nivel del mar en varios metros si se derritiera por completo.
El equipo de Shaun Marcott, de la Universidad Estatal de Oregón, considera que si las aguas ubicadas por debajo del hielo que constituye buena parte de los bordes de dicha capa, se calentasen un par de grados, entonces la tasa de fusión anual podría aumentar de manera espectacular, hasta el punto de que inmensas masas de hielo se derritieran por completo en menos de un siglo.
Para encontrar ejemplos anteriores de situaciones como ésta, los científicos reconstruyeron las temperaturas oceánicas del pasado y emplearon simulaciones digitales para recrear lo que sucedió probablemente en el pasado distante, durante lo que se conoce como Eventos de Heinrich. Ya se sabe desde hace algún tiempo que tales eventos estuvieron asociados a grandes cambios climáticos. Lo que estaba menos claro es si los eventos eran una consecuencia de estos cambios climáticos, o si, por el contrario, contribuyeron a causarlos.
Icebergs en Groenlandia. (Foto: Oregon State University)
Ahora hay mejores evidencias de que el clima ya se estaba volviendo más frío antes de que se registrasen los Eventos de Heinrich. El enfriamiento, en realidad, afectaba a las aguas superficiales, en tanto que las aguas un poco más profundas se calentaban. Estas aguas más calientes causaron que la base de las capas de hielo se calentara. El derretimiento de la base condujo a un desmoronamiento generalizado de grandes bloques de hielo, activándose así los eventos de Heinrich.
Hoy en día, existe el riesgo de que las corrientes oceánicas cambien de dirección y recorrido, incluso antes de que el agua se haya calentado de manera significativa. Si las corrientes cambiaran, y a consecuencia de ello grandes masas de agua relativamente cálida fueran dirigidas hacia la base de las capas de hielo, entonces podría comenzar un proceso más rápido de fusión, lo cual sería una catástrofe para numerosas comunidades costeras del mundo.
Fuente Original: Noticias del Espacio
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