Debido a la presencia de esas dos clases de rasgos, y por su antigüedad, los científicos creen ahora que el Australopithecus sediba es posiblemente el más antiguo ancestro directo del género Homo.
Lo descubierto pone en duda algunas teorías aceptadas desde hace mucho tiempo sobre la evolución humana, incluyendo la de que las pelvis humanas primitivas evolucionaron en respuesta a la tendencia hacia los cerebros de tamaños más grandes. Además, algunas de las nuevas evidencias parecen indicar que el Australopithecus sediba era capaz de fabricar herramientas.
Se ha determinado que la antigüedad de estos fósiles de Australopithecus sediba es de alrededor de 1.977.000 años, por lo que supera a la de las apariciones más tempranas conocidas de rasgos específicos de los Homo en el registro fósil. La nueva datación ha permitido reducir considerablemente el margen de error de la antigüedad de los fósiles. La estimación que se hizo en 2010, cuando se encontró este conjunto de fósiles en la Cueva de Malapa, Sudáfrica, tenía un margen de error de 200.000 años.
Entre estos fósiles, figuran la mano más completa de todas las descritas hasta ahora en un homínido primitivo, una de las pelvis más completas de todas las descubiertas, y nuevas piezas del pie y del tobillo.
Mano derecha de un Australopithecus sediba. (Foto: Peter Schmid)
¿Fue el Australopithecus sediba más habilidoso que el Homo habilis? Todo apunta a que sí. La versátil mano del Australopithecus sediba resulta mejor candidata que la del Homo habilis como autora de los primeros trabajos conocidos de fabricación de herramientas. Se ha llegado a la conclusión de que, aunque el Australopithecus sediba usaba sus manos para desplazarse por las ramas de los árboles, también poseía la capacidad de coger y sostener objetos, con una precisión comparable a la humana, un requisito esencial para fabricar herramientas.
El análisis de los fósiles ha sido realizado en cinco estudios paralelos, a cargo de los equipos de Robyn Pickering (Universidad de Melbourne, Australia), Tracy Kivell (Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, Alemania), y Lee Berger, Kristian Carlson, Job Kibii y Bernhard Zipfel, de la Universidad de Witwatersrand en Sudáfrica. El proyecto completo ha contado además con la colaboración de otras instituciones. También cabe destacar que parte de la financiación de los cinco estudios ha corrido a cargo del célebre aventurero y magnate Richard Branson, conocido inicialmente en el ámbito discográfico por lanzar en su día al estrellato a artistas y bandas de vanguardia como Mike Oldfield y Tangerine Dream.
Fuente Original: Noticias de La Ciencia y La Tecnología
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