sábado, 13 de agosto de 2011

Opportunity alcanza el borde del cráter Endeavour




Opportunity desde el borde del cráter Endeavour. Crédito: NASA/JPL-Caltech/Cornell/ASU.

Tres años de viaje a través de peligrosas dunas han llevado al rover Opportunity de la NASA a su objetivo más importante hasta ahora, un gran cráter llamado Endeavour que alguna vez estuvo lleno de agua y podría tener pistas acerca de si alguna vez hubo vida en Marte.

Las observaciones orbitales sugieren que las rocas del borde de Endeavour tienen más de 3.500 millones de años y datan de la fase más temprana y húmeda de la historia de Marte, cuando el agua forjó grandes canales de drenaje en todo el planeta. Hasta ahora, ni Opportunity ni su difunta hermana Spirit han examinado rocas que daten claramente de este periodo.

“Esta es, potencialmente, la oportunidad científica más emocionante para la misión del rover”, dice John Callas, director de la misión en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California. Esto se debe a que los estudios mineralógicos desde órbita sugieren que estas antiguas rocas se formaron en un ambiente acogedor para la vida.

Los rovers han estudiado anteriormente rocas que alguna vez estuvieron sumergidas en agua ácida salada. 

El cráter Endeavour de 20 kilómetros, en cambio, parece haber albergado agua más amable para la vida, dado que el cráter contiene minerales de arcilla que requieren un pH relativamente neutro para formarse. 

Es más, las mediciones orbitales no indican que la antigua agua fuese salada, aunque puede haber agua salada fluyendo en Marte.

La llegada de Opportunity a Endeavour marca un importante hito para la misión. El objetivo parecía “casi increíblemente audaz” cuando el rover comenzó a dirigirse hacia allí, dice James Wray del Instituto de Tecnología de Georgia en Atlanta.

El rover fue diseñado para durar sólo tres meses y en 2008, cuando salió de un pequeño cráter llamado Victoria, ya había estado en Marte más de cuatro años. “He ganado una esposa, perdí un abuelo y me he mudado dos veces [desde entonces]”, dice Wray. “Desde esa perspectiva, se siente que ha pasado una gran cantidad de tiempo”.

El rover puede revelar cómo llegó el agua a Endeavour. Si encuentra rocas con ondas inscritas, esto sugeriría que el agua se estancó en la superficie, mientras que si las rocas registran vetas de minerales de arcilla, esto señalaría que el agua se filtró desde el subsuelo, dice Wray.

Opportunity entró al cráter Victoria, pero es probable que pase todo el tiempo en el borde de Endeavour. 

El interior de Endeavour es menos atractivo debido a que los sedimentos de un periodo más seco posterior en la historia de Marte han enterrado las antiguas rocas.



La ruta que ha seguido Opportunity, desde su llegada a Marte hasta ahora. Crédito: NASA.

Si sigue funcionando unos años más desde ahora, el rover podría encaminarse a otro cráter más pequeño llamado Iazu, con rocas igual de antiguas. “Pero, ¡santo cielo!, se encuentra a unos 15 kilómetros de distancia”, casi tan lejano como el viaje de tres años a Endeavour, dice Ray Arvidson de la Universidad de Washington en San Luis, Misuri. Él está contento de ver a Opportunity vivir el resto de sus días examinando rocas y capturando imágenes desde el borde de Endeavour. “Esta es una espectacular manera de terminar la misión”, dice.

El punto del borde de Endeavour donde arrivó Opportunity fue denominado “Spirit Point” en conmemeración a su gemelo muerto.


Fuente Original: Cosmo Noticias - New Scientist



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