¿Desacreditado el cambio climático? No tan rápido
Una nueva investigación que sugiere que la cobertura de nubes, y no el dióxido de carbono, provoca el calentamiento global está logrando cierta repercusión en los círculos escépticos climáticos. Pero los científicos climáticos de la corriente principal descartan la investigación como poco realista y con motivaciones políticas.
“No tiene interés periodístico”, dice Daniel Murphy investigador de nubes de NOAA en un correo electrónico a LiveScience.
El estudio, publicado el 26 de julio en la revista on-line de acceso libre Remote Sensing, logró captar la atención pública cuando un escritor del Instituto Heartland, un grupo de pensamiento liberal que promueve el escepticismo respecto al cambio climático, escribió para la revista Forbes que el estudio desmentía las preocupaciones sobre el calentamiento global de los “alarmistas” del cambio climático. Sin embargo, los científicos climáticos de la corriente principal dicen que el argumento ofrecido en el artículo ni es nuevo, ni es correcto. El autor del artículo, el investigador de la Universidad de Alabama en Huntsville Roy Spencer, es un escéptico del cambio climático y una figura controvertida dentro de la comunidad de investigación en el clima.
“Está tomando un modelo incorrecto, lo ha ajustado para que encaje con las observaciones, pero las conclusiones que obtienes del mismo no son correctas”, dice Andrew Dessler, profesor de ciencias atmosféricas de la Universidad Texas A&M sobre el nuevo estudio de Spencer.
Caos de nubes
La investigación de Spencer se centra en el papel de las nubes en el cambio climático. Los investigadores del clima de la corriente principal están de acuerdo en que el cambio climático tiene lugar cuando el dióxido de carbono atrapa el calor del Sol en la atmósfera, de la misma forma que el parabrisas atrapa el calor del Sol en un coche tras una tarde soleada. Cuando el planeta se caliente, se produce un efecto colateral que es más vapor de agua en la atmósfera. Este vapor de agua, conocido por la mayor parte de nosotros como nubes, atrapa más calor, creando un círculo vicioso.
Spencer ve esto de forma diferente. Cree que todo el ciclo empieza con las nubes. En otras palabras, el incremento aleatorio de la cobertura de nubes provoca el calentamiento del clima. Los cambios en las nubes está provocados por “el caos en el sistema climático”, comenta Spencer a LiveScience.
En el nuevo artículo, Spencer revisa datos de satélites entre 2000 y 2010 para comparar la cobertura de nubes y temperaturas de superficie. Usando un modelo simple, vincula ambos, encontrando, según dice, que las nubes dirigen el calentamiento. Su comparación de los datos con seis modelos del IPCC mostró, según él, que los modelos son demasiado sensibles (lo que significa que algunas variables, tales como el calentamiento, se incrementar con ligerísimos cambios en otros factores) y que el dióxido de carbono no es probable que provoque mucho calentamiento.
Desacuerdos
Sin embargo, ningún científico climático contactado por LiveScience está de acuerdo.
El estudio encuentra una discrepancia en las variaciones mes a mes de la temperatura y la cobertura de nubes en modelos frente al mundo real a lo largo de los últimos 10 años, dice Gavin Schmidt, climatólogo de NASA Goddard. “A qué se debe esta discrepancia – procesado de datos, errores en los mismos o problemas reales en los modelos – es algo que no está nada claro”.
Otros investigadores señalaron errores en el artículo de Spencer, incluyendo un modelo “poco realista” que coloca a las nubes como directoras del calentamiento y que carece de información sobre la relevancia estadística de los cambios de temperatura observados. La relevancia estadística es la probabilidad de que los resultados sean reales, en oposición a la probabilidad de fluctuaciones no relacionadas con otras variables del experimento.
“No puedo creer que llegase a publicarlo”, dice Kevin Trenberth, científico sénior del Centro Nacional para Investigación Atmosférica (NCAR).
Varios investigadores expresaron su frustración por la atención de los medios que estaba atrayendo el estudio.
“Si quieres escribir un artículo, haz uno señalando lo ridículo de ver a la gente saltando sobre cualquier nota de prensa como si la ciencia bien establecida pudiese descartarse así como así”, dice Schmidt. “La sensibilidad climática no está restringida a las últimas dos décadas de datos imperfectos de satélite, sino también al registro paleoclimático”.
Spencer está de acuerdo en que su trabajo no puede descartar la existencia de un calentamiento global antropogénico. Pero descarta la investigación sobre el clima antiguo llamándola “ciencia gris” (N del T: Juego de palabras con gray (gris), en inglés significa tanto canoso como poco definido).
Política y ciencia
La ciencia del trabajo de Spencer se mostró inextricable respecto al debate político que rodea al calentamiento global. El artículo pasó en gran parte sin mucho revuelo respecto al público hasta que el blogger de Forbes lo declaró “extremadamente importante”.
Dessler, climatólogo de A&M dijo que dudaba de que la investigación desplazase el debate político alrededor del calentamiento global.
“Hace que los escépticos se sientan bien, e irrita a la comunidad de ciencia climática de la corriente principal, pero en este punto, el debate sobre la política climática no tiene nada que ver con la ciencia”, comenta Dessler. “Básicamente es un debate sobre el papel del gobierno”, alrededor de temas sobre la libertad frente a la regulación.
El propio Spencer es franco sobre la política que rodea a su trabajo. En julio, escribió en su blog que su trabajo “ha ayudado a salvar nuestra economía de los saqueos económicos del extremismo ambiental descontrolado”, y dice que veía su papel como el de proteger “los intereses del contribuyente”. Cuando se le preguntó por qué su trabajo no lograba aceptación entre la corriente principal, Spencer citó el patrocinio como una motivación para que los investigadores sobre el cambio climático encontrasen problemas en el medio ambiente.
Fuente Original: Ciencia Kanija - LiveScience