El hallazgo, hecho por un equipo de científicos entre quienes figuran el astrofísico Eric Gawiser de la Universidad Rutgers en Estados Unidos, y Ezequiel Treister de la Universidad de Hawái, fue posible gracias a las observaciones efectuadas con el observatorio orbital de rayos X Chandra, de la NASA.
Hay bastantes enigmas en torno a la relación entre las galaxias y los agujeros negros supermasivos que éstas albergan en sus centros. Lo descubierto ahora indica que las galaxias comenzaron a crecer de manera conjunta con los agujeros negros, desde no mucho después de la formación del universo.
El equipo de investigación, compuesto por especialistas de cuatro universidades, utilizó para su análisis las mediciones de rayos X de 200 galaxias en los confines del universo. Esas mediciones fueron obtenidas cuando el satélite astronómico Chandra observó una parcela del firmamento durante más de seis semanas. Debido a que la luz, incluyendo los rayos X, tardó casi trece mil millones de años para viajar hasta la Tierra, los científicos están observando estas galaxias tal como eran cuando el universo tenía menos de mil millones de años de edad.
En el estudio se ha comprobado que entre el 30 y el 100 por cien de las galaxias distantes contienen un agujero negro supermasivo en crecimiento. Al extrapolar estos resultados, desde el pequeño campo cósmico observado, hasta el firmamento completo, la conclusión es que ya existían en aquella época tan temprana del universo nada menos que 30 millones de agujeros negros supermasivos.
Ilustración del centro de una joven galaxia con un agujero negro en crecimiento. (Foto: NASA/CXC/M.Weiss)
La cantidad total de agujeros negros en crecimiento observada por este equipo es unas cien veces mayor que las estimaciones recientes.
Fuente Original: Noticias del Espacio