A diferencia de la Tierra, cuyo periodo principal de formación duró entre 50 y 100 millones de años, Marte sólo tardó de 2 a 4 millones de años en formarse, y eso va unido al hecho de que su masa y tamaño sean menores que los de nuestro planeta. Ésta es la conclusión a la que se ha llegado en un nuevo estudio.
Nicolas Dauphas de la Universidad de Chicago y Ali Pourmand de la Universidad de Miami son los autores de esta investigación.
A la luz de la conclusión del estudio, la rápida formación del planeta rojo ayuda a explicar el motivo de que sea tan pequeño. De haberse prolongado más su fase de formación, Marte probablemente habría alcanzado una masa y un tamaño comparables a los de la Tierra o Venus.
La clave de ese periodo de formación en, por ejemplo, la Tierra, es que buena parte del mismo se hizo gracias a colisiones con asteroides y cometas del sistema solar. Las caídas de tales objetos fueron aportando masa extra a la Tierra, hasta convertirla en el planeta que hoy conocemos.
En otras palabras, Marte es un planeta que se quedó atascado en su trayectoria evolutiva hacia un planeta del tamaño de la Tierra, ya que, a diferencia de nuestro mundo, el planeta rojo nunca colisionó con objetos que le aportasen una masa suficiente como para permitirle crecer hasta ser un planeta parecido a la Tierra.
Nicolas Dauphas de la Universidad de Chicago y Ali Pourmand de la Universidad de Miami son los autores de esta investigación.
A la luz de la conclusión del estudio, la rápida formación del planeta rojo ayuda a explicar el motivo de que sea tan pequeño. De haberse prolongado más su fase de formación, Marte probablemente habría alcanzado una masa y un tamaño comparables a los de la Tierra o Venus.
La clave de ese periodo de formación en, por ejemplo, la Tierra, es que buena parte del mismo se hizo gracias a colisiones con asteroides y cometas del sistema solar. Las caídas de tales objetos fueron aportando masa extra a la Tierra, hasta convertirla en el planeta que hoy conocemos.
En otras palabras, Marte es un planeta que se quedó atascado en su trayectoria evolutiva hacia un planeta del tamaño de la Tierra, ya que, a diferencia de nuestro mundo, el planeta rojo nunca colisionó con objetos que le aportasen una masa suficiente como para permitirle crecer hasta ser un planeta parecido a la Tierra.
(Foto: Christopher Leather/University of Chicago)
Fuente Original: Noticias del Espacio