sábado, 30 de abril de 2011

Telescopios de la NASA ayudan a descubrir una galaxia sorprendentemente joven




El cúmulo gigante de galaxias elípticas en el centro de esta imagen contiene tanta materia oscura que su gravedad curva la luz. Crédito: NASA, ESA, CRAL, LAM, STScI.


Los astrónomos han descubierto una de las galaxias más jóvenes en el universo lejano, con estrellas que se formaron hace 13.500 millones de años, sólo 200 millones de años después del Big Bang. El hallazgo impulsa preguntas acerca de cuándo surgieron las primeras galaxias, y cómo evolucionó el universo primitivo.

El Telescopio Espacial Hubble de la NASA fue el primero en detectar la galaxia recientemente encontrada. 

Observaciones detalladas del Observatorio W.M. Keck en Mauna Kea, Hawái, revelaron que la luz observada se originó cuando el Universo tenía sólo 950 millones de años de edad; el Universo se formó hace alrededor de 13.700 millones de años.

Datos de infrarrojo provenientes tanto del Hubble como de la fase post-refrigerante, o cálida, del Telescopio Espacial Spitzer de la NASA revelaron que las estrellas de la galaxia son bastante maduras, lo que significa que deben de haberse formado cuando el Universo era sólo un niño.

“Esto desafía las teorías de cuán pronto se formaron las galaxias en los primeros años del Universo”, dijo Johan Richard, del Centro de Investigación Astronómica de Lyon, Universidad Lyon 1 en Francia, y autor principal de un nuevo estudio aceptado para ser publicado en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society. “Incluso podría ayudar a solucionar el misterio de cómo fue aclarada la niebla de hidrógeno que llenaba el universo primitivo”.

Esta galaxia no es la más lejana que se ha observado, pero es una de las más jóvenes observadas con tanta claridad. Normalmente, las galaxias como ésta son extremadamente tenues y difíciles de estudiar, pero, en este caso, la naturaleza ha proporcionado a los astrónomos una lupa cósmica. La imagen de la galaxia está siendo amplificada por la gravedad de un cúmulo de galaxias masivo ubicado delante de ella, haciéndola parecer 11 veces más grande. Este fenómeno se llama lente gravitacional.

“Sin estos grandes lentes en el espacio, no podríamos estudiar galaxias tan tenues con las instalaciones de observación actualmente disponibles”, dijo el coautor Eiichi Egami de la Universidad de Arizona en Tucson. “Gracias a la naturaleza, tenemos esta magnífica oportunidad de ver nuestro universo como era hace millones de años”.

El hallazgo puede ayudar a explicar cómo se volvió “reionizado” el universo primitivo. En algún punto en la historia temprana de nuestro universo, éste pasó de las épocas oscuras a un periodo de luz, cuando las primeras estrellas y galaxias comenzaron a encenderse. Esta luz estelar ionizó los átomos neutros de hidrógeno que había en el espacio, dándoles una carga. La luz ultravioleta podría viajar entonces sin obstáculos a través de lo que había sido una oscura niebla.

El descubrimiento de una galaxia que posee estrellas que se formaron sólo 200 millones de años después del Big Bang ayuda a los astrónomos a investigar esta época de reionización cósmica. Cuando esta galaxia se desarrollaba, sus calientes y jóvenes estrellas habrían ionizado grandes cantidades del gas de hidrógeno neutro en el espacio intergaláctico. Una población de galaxias similares probablemente también contribuyó a esta reionización, pero son demasiado débiles para ser vistas sin los efectos de aumento de lente gravitacional.

El Telescopio Espacial James Webb (JWST) de la NASA, programado para ser lanzado a finales de esta década, será capaz de ver estas débiles galaxias sin amplificación. Sucesor de Hubble y Spitzer, el JWST verá la luz infrarroja proveniente de la población perdida de las primeras galaxias. Como resultado, la misión revelará algunos de los secretos mejor guardados de nuestro universo.

“Ver como se veía una galaxia cerca del principio del Universo es una proeza impresionante posible gracias a tecnología innovadora y el efecto fortuito de lente gravitacional”, dijo Jon Morse, director de la División de Astrofísica de la NASA en las oficinas centrales de la agencia en Washington. “Observaciones como esta abren una ventana a través del espacio y el tiempo, pero lo más importante, inspiran el futuro trabajo para un día tratar de ver las estrellas que iluminaron el Universo después del Big Bang”.


Fuente Original: Cosmo Noticias / NASA