jueves, 24 de marzo de 2011

Problemas sin solución del Big Bang. 1 El Fondo Cósmico de Microondas & 2 nuevos articulos...


Problemas sin solución del Big Bang. 1 El Fondo Cósmico de Microondas & 2 nuevos articulos...




 
 
 
La radiación del Fondo Cósmico de Microondas sería atribuible al medio intergaláctico, en lugar de ser un efecto cosmológico

La expresión "temperatura del espacio" es el título del capítulo 13 de un famoso trabajo de 1926 elaborado por el científico inglés Sir Arthur Eddington. En este trabajo Eddington calculó la temperatura mínima a la cual se enfriaría cualquier cuerpo en el universo, puesto que éste se hallaría inmerso en la radiación de lejanas fuentes de luz. Sin ningún parámetro ajustable, Eddington obtuvo una temperatura de 3 ° K (más tarde esta cifra se afinó a 2,8 ° K), que es esencialmente el mismo valor observado para el fondo de microondas. Un cálculo similar aunque menos preciso puede aplicarse para determinar la temperatura mínima del espacio intergaláctico debido a la radiación de las galaxias. Por tanto, la materia intergaláctica es similar a una "niebla", y, consecuentemente, proporciona una explicación más sencilla para la radiación de microondas, incluyendo su espectro en forma de cuerpo negro.

Esta niebla también explica la problemática relación entre las longitudes de onda infrarrojas y de radio en las radiogalaxias. La ​​cantidad de radiación emitida por las galaxias distantes cae en longitudes de onda cada vez mayores, tal y como se esperaría si las ondas más largas se dispersasen por el medio intergaláctico. Por ejemplo, la relación de brillo entre longitudes de onda infrarrojas y de radio en las radiogalaxias, varía con la distancia de una forma que implica un proceso de absorción. Básicamente, esto significaría que las longitudes de onda más largas son absorbidas más fácilmente por el material situado entre las galaxias. Pero entonces la radiación de microondas (situada entre estas dos longitudes de onda) o bien debería ser absorbida también por ese medio intergaláctico, no teniendo la posibilidad de llegar desde distancias tan grandes, o permanecería perfectamente uniforme. En lugar de esto, este efecto debería ser el producto de la radiación de microondas del medio intergaláctico. Este punto de vista no implica que las microondas viajen directamente hasta nosotros desde una distancia superior a la de todas las galaxias, y según esto, la teoría del Big Bang sería incorrecta.

En el caso del Big Bang ninguna de las predicciones de la temperatura del fondo cósmico estuvo lo suficientemente cerca como para calificarla de una confirmación de la teoría del Big Bang. De hecho, la última predicción que realizó Gamow era de 50° K. Gamow hizo este cálculo en 1961, apenas dos años antes del descubrimiento del fondo de microondas. Está claro que sin una predicción cuantitativa realista, el hipotético resplandor de la gran explosión resulta indistinguible de la temperatura natural de toda la materia fría en el espacio. Ninguna de las predicciones de la temperatura del fondo se ajusta a lo observado. Además, el Big Bang no ofrece ninguna explicación para las variaciones de intensidad con respecto a las longitudes de onda observadas en las radiogalaxias.

*



 
 
Mosaico de imágenes de Titan la luna mayor de Saturno. Créditos: NASA/JPL Space Science Institute

Las investigaciones realizadas por la sonda Cassini de la NASA a finales del año pasado permitieron a los expertos descubrir que los desiertos de Titán, la Luna más grande de Saturno, no eran tan áridos como se pensaba. Los científicos planetarios afirman que no hay duda de que los datos de la sonda indican la existencia de lluvia de metano sobre estas regiones.

Al principio, Cassini fotografió una gran zona cerca de las zonas ecuatoriales de la luna. Sus instrumentos continuaron vigilando la zona mientras se oscurecía, después la zona se iluminó en las semanas posteriores.

En este momento, los expertos ya se han interesado en el fenómeno. No sabían qué era lo que sucedía en Titán, sin embargo, sabían que eran un descubrimiento importante. Finalmente, entendieron la misteriosa la región oscura.

Los estudios anteriores habían indicado que el área sobre la que se desarrolló la estructura estaba cubierta por vastas y áridas dunas, formando un desierto.

Sin embargo, las lecturas de Cassini del 27 de septiembre de 2010, mostraron que la formación era de hecho una tormenta, desde la que llovió metano líquido por encima de la zona. Este tipo de hidrocarburo es muy común en Titán.

Debido a las bajas temperaturas promedio de Titán (alrededor de -180º C), el agua se congela en bloques más duros que el granito. Sin embargo, el metano y etano se funden a esta temperatura.

Estos dos compuestos entran en el ciclo atmosférico de la luna, de manera que las tormentas de Titán dan lugar a lluvias de estos dos compuestos, en lugar de agua. Los grandes lagos masivos de los dos polos contienen grandes cantidades de ambos hidrocarburos. El Polo Norte parece tener la mayor parte de los lagos.

Este descubrimiento implica que Titán parece estar en temporada de lluvias. La sonda analiza una superficie de unos 2.000 kilómetros de largo y 100 kilómetros de ancho.

"Los polos son los únicos lugares en en que hemos visto líquidos en forma de lagos y mares, también hemos visto actividad de nubes en el Polo Sur, pero lo realmente emocionante fue ver a esta actividad en latitudes ecuatoriales que son predominantemente áridas", señala Elizabeth Turtle.

Turtle es investigadora en el Laboratorio de física aplicada de la Universidad Johns Hopkins, y cree que estas manifestaciones son un claro indicador de que Titán tenía un clima más húmedo hace varios cientos de miles de años.

Turtle también es autora principal de un nuevo trabajo de investigación que detalla las conclusiones. El informe aparece en el número 18 de marzo de la revista Science

"Se prevé que podría haber cambios estacionales del patrón del tiempo, pero que no sabemos con certeza si la lluvia existía en el pasado talló los canales o si realmente esto está sucediento ahora", explica Turtle.

"Lo que indican estas observaciones es que la lluvia se produce estacionalmente y ahora es la temporada de lluvias en el ecuador", concluye Turtle.

*

El X-51A Waverider es un prototipo experimental que está probando la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Se espera que el X-51A pruebe tecnologías que puedan transportar cargas más pesadas a la órbita. El prototipo viajará debajo del ala de un bombardero B-52 desde la Base Aérea de Edwards, depués será soltado sobre el océano Pacífico, posteriormente el X-51A encenderá un cohete que lo acelerará a mach 4,5; entonces entrará en acción el motor scramjet que acelerará el prototipo a mach 6 o más.


El Programa X-51 Waverider es un esfuerzo conjunto de las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos, DARPA, NASA, BOEING y Pratt & Withney Rocketdyne.

Un X-51 ya realizó un vuelo en mayo pasado con éxito parcial. El prototipo voló autonomamente durante 200 segundos, batiendo un record de velocidad para una aeronave propulsada por un motor scramjet (acrónimo de Supersonic Combustion RAMJET). El vuelo estaba previsto que durase 300 segundos (5 minutos) y que alcanzase mach 6, pero durante el vuelo el Waverider perdió súbitamente aceleración y se destruyó a una velocidad de mach 5. La pérdida de empuje fue atribuida a un fallo de diseño que produjo una fuga de combustible hacia los sistemas electrónicos.

El motor Scramjet es un reactor atmosférico donde el aire entra a la cámara de combustión a velocidades hipersónicas. Esto ha sido comparado con encender una cerilla en un huracán. Hasta ahora este concepto ha tenido un éxito limitado. Se diferencia de otros motores en que no tiene partes móviles, y en que el oxígeno necesario para la combustión se toma directamente de la atmósfera. Este concepto permitiría ahorrar peso en el despegue de cohetes hacia la órbita puesto que no cargaría oxígeno líquido, debido a que éste se tomaría de la atmósfera. Los diseñadores afirman que podría alcanzar velocidades entre mach 12 y mach 24. Mach 24 equivale a una velocidad de 29.000 km/h y supondría que un vuelo desde Nueva York a Tokyo, que usualmente toma 18 horas, se realizaría en menos de dos.

Aunque el X-51A debió haber volado ayer 22 de marzo, no he encontrado aún ninguna información sobre este vuelo.

 
 
 
 
Fuente Original: Odisea Cósmica