Las
galaxias enanas más lejanas del grupo al que pertenece la Vía Láctea se
mueven tan rápido que su gas ‘desaparece’ durante el viaje. Este es el
mecanismo que plantean investigadores de la colaboración internacional
CLUES para explicar por qué la Vía Láctea tiene un número de galaxias
satélite de este tipo menor al esperado. Las simulaciones se han llevado
a cabo en el supercomputador MareNostrum del CNS-BSC de Barcelona.
La
comunidad científica asume que la materia oscura y las galaxias se
agrupan en el universo formando una intrincada red de filamentos y zonas
vacías que se asemejan a la tela de una araña: la ‘telaraña cósmica’ (cosmic web, en inglés).
Vía Láctea sobre Cerler Crédito: CarlosP.G
Las
simulaciones numéricas indican que se deben de formar un número
gigantesco de galaxias enanas. Unas acaban siendo atraídas por otras más
masivas y se fusionan con ellas, pero otras consiguen sobrevivir y
orbitan como satélites de las galaxias más grandes.
Una
galaxia como la Vía Láctea debería tener diez veces más galaxias
satélites enanas de las que se han descubierto hasta la fecha, según los
cálculos. Ahora, miembros de la colaboración internacional Constrained Local UniversE Simulations (CLUES)
ha estudiado este problema mediante el análisis de simulaciones. El
objetivo, reproducir la formación de nuestro universo más cercano.
Para
ello, los investigadores han utilizado las medidas de las posiciones y
velocidades de las galaxias más cercanas a nosotros que se encuentran a
una distancia de hasta un centenar de millones de años luz. A partir de
estos datos, se recrean las condiciones donde se supone que la Vía
Láctea, y su galaxia hermana, la galaxia de Andrómeda se empezaron a
formar hace unos 10 mil millones de años.
Según
el profesor de la UAM Gustavo Yepes, uno de los investigadores
principales de CLUES: “El principal objetivo de este proyecto es simular
el proceso de formación de estas dos galaxias, junto con todas las
galaxias satélites que han ido atrayendo durante su evolución, y que
constituyen el llamado grupo local de galaxias”.
Los resultados, que se publican en la revista Astrophysical Journal,
reflejan que las galaxias enanas más alejadas del grupo local se mueven
con tanta velocidad con respecto a la telaraña cósmica, que su
contenido de gas puede ser barrido de forma muy eficiente cuando estas
galaxias atraviesan el conglomerado de filamentos de gas y materia
oscura.
Este mecanismo, que los investigadores denominan cosmic web stripping permite explicar por qué algunas de las galaxias enanas de este grupo no pueden ser detectadas.
“Estas
galaxias enanas se mueven tan rápido que incluso las membranas más
difusas de la telaraña cósmica que atraviesan pueden arrancarles todo su
gas y dejarlas ‘secas’, explica Alejandro Benítez-llambay, estudiante
de doctorado del Instituto de Astronomía Teórica y Experimental de la
Universidad Nacional de Córdoba en Argentina, que firma como primer
autor de este artículo.
Al
ser barrido la mayor parte del gas de estas galaxias, les impide poder
seguir formando estrellas y, por tanto, quedarían como galaxias tan
débiles que no sería posible detectarlas con nuestros telescopios.
Por
tanto, de acuerdo con los resultados de las simulaciones de CLUES,
deberían existir un gran número de estas galaxias enanas orbitando en el
grupo local pero invisibles a nuestros ojos.
Las
simulaciones del proyecto CLUES, en el que también participan
investigadores del Instituto Leibnitz de Astrofísica de Potsdam
(Alemania), han sido realizadas en el superordenador MareNostrum de la
red española de supercomputación instalado en el Centro Nacional de
Supercomputación – Barcelona Supercomputing Center (CNS-BSC) de
Barcelona.
Fuente: Ciencia Kanija - SINC
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