Desde
que el científico austriaco Ernest Schrodinger pusiera al desafortunado
gato dentro de una caja, sus compañeros científicos han estado usando
algo conocido como teoría cuántica para explicar y comprender la
naturaleza de las ondas y las partículas.
Pero
un nuevo artículo, publicado por el profesor Andreas Albrecht y el
estudiante graduado Dan Phillips, ambos en la University de California,
en Davis, señala que estas fluctuaciones cuánticas son responsables de
la probabilidad de todas las acciones, con implicaciones de gran alcance
para las teorías del universo.
La
teoría cuántica es una rama de la física teórica que trata de comprender
y predecir las propiedades y comportamiento de átomos y partículas. Sin
ella, no seríamos capaces de construir transistores o computadores, por
ejemplo. Un aspecto de esta teoría es que las propiedades concretas de
una partícula no quedan determinadas hasta que no las observas y
“colapsan la función de onda”, en la jerga física.
El
famoso experimento mental de Schrodinger amplía esta idea a nuestra
escala. Un gato está atrapado en una caja con un vial de veneno, el
cual se libera cuando un átomo radiactivo se desintegra aleatoriamente.
No se puede decir si el gato está vivo o muerte sin abrir la caja.
Schrodinger defendía que, hasta que no abrieses la caja y mirases
dentro, el gato no estaba vivo ni muerto, sino en un estado
indeterminado.
Para
mucha gente este es un concepto difícil de aceptar. Pero Albrecht dice
que, como físico teórico, concluyó hace unos años que así es como
funciona la probabilidad a todas las escalas, aunque hasta hace poco, no
lo vio como algo con un impacto clave en la investigación. Esto cambió
con un artículo publicado en 2009 por Don Page, en la Universidad de
Alberta, Canadá.
“Me di cuenta de que la forma en que
pensamos acerca de las fluctuaciones cuánticas y la probabilidad, afecta
a cómo pensamos sobre nuestras teorías del universo”, dice Albrecht,
cosmólogo teórico.
Una de las consecuencias de las
fluctuaciones cuánticas es que cada función de onda que colapsa, genera
distintas realidades: una donde el gato vive, y otra donde muere, por
ejemplo. La realidad, tal como la experimentamos, se abre camino a
través de un número casi infinito de posibles alternativas. Podría haber
múltiples universos incrustados en un enorme “multiverso”, como las
troneras de una mesa de billar.
Básicamente,
hay dos formas en las que los teóricos han intentado enfocar el
problema de adaptar la física cuántica al “mundo real”, dice Albrecht:
puedes aceptarla , junto a la realidad de los muchos mundos, o múltiples
universos; o puedes suponer que hay algo incorrecto, o que se ha pasado
por alto, en la teoría.
Albrecht cae de lleno en el primer grupo.
“Nuestras teorías cosmológicas dicen que
la física cuántica funciona en todo el universo”, señala. Por ejemplo,
las fluctuaciones cuánticas en los orígenes del universo explican por
qué las galaxias se formaron de la forma en que lo hicieron — una
predicción que puede confirmarse mediante observaciones directas.
El problema con los múltiples universos,
apunta Albrecht, es que si hay un enorme número de distintos universos
“tronera”, se hace muy difícil obtener respuestas simples, desde la
física cuántica, a preguntas como cuál es la masas de un neutrino, una
partícula subatómica eléctricamente neutra.
“Don
Page demostró que las reglas cuánticas de la probabilidad, simplemente,
no pueden dar respuesta a preguntas clave en un gran multiverso, donde
no estamos seguros de en qué universo vivimos realmente”, comenta
Albrecht.
Ha
aparecido una respuesta a este problema para añadir un nuevo ingrediente
a la teoría: un conjunto de números que nos dice la probabilidad de que
estemos en cada uno de los universos. Esta información puede combinarse
con la teoría cuántica, y devuelven tus matemáticas (y tu cálculo de la
masa del neutrino) al buen camino.
No
tan rápido, dicen Albrecht y Phillips. Aunque las probabilidades
asignadas a cada universo pueden parecer más de lo mismo, de hecho, son
una ruptura radical respecto a los usos cotidianos de la probabilidad
debido a que, al contrario que en el resto de aplicaciones, estas ya han
demostrado no tener base en la teoría cuántica.
“Si
toda la probabilidad realmente depende de la teoría cuántica, no pueden
crearse”, dice Albrecht. “Los universos múltiples son una ruptura mucho
más radical, respecto a las teorías actuales, de lo que se ha asumido”.
El
artículo se publica en ArXiv.org y se ha enviado para su publicación en
revistas, habiendo estimulado un considerable debate, comenta Albrecht.
“Esto
nos fuerza a pensar en los distintos tipos de probabilidad, lo que a
menudo nos confunde y, tal vez, pueda ayudar a trazar una línea entre
ellas”, concluye.
Fuente: Ciencia Kanija - Universidad de California
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