domingo, 17 de febrero de 2013

El estudio SETI de exoplanetas habitables no arroja ningún resultado para Jill Tarter


Los exoplanetas de mayor interés no muestran señales de civilizaciones inteligentes – por el momento.

El descubrimiento de un número creciente de exoplanetas potencialmente habitables, añade un poco de pimienta a la búsqueda de inteligencia extraterrestre. Por primera vez, los astrónomos pueden dirigir la búsqueda hacia estos planetas, con mayores probabilidades, en lugar de apuntar hacia las estrellas sin rumbo fijo.

Hoy, Jill Tarter, del Insituto SETI, y famosa por Contact, junto con un grupo de compañeros, revelan los resultados de su primera búsqueda directa, llevada a cabo entre febrero y abril de 2011.

Estos chicos apuntaron el telescopio de Green Bank, en Virginia Occidental, hacia 86 estrellas que alojan exoplanetas, descubiertos por el telescopio espacial Kepler. Escogieron estos objetivos debido a que tienen exoplanetas en la zona de habitabilidad y tenían cinco o más exoplanetas, o super-Tierras, con órbitas relativamente largas.

 

Kepler-22b
 Kepler 22-b
 


Tarter y compañía observaron señales en el rango de los 1-2 GHz, la región usada por los teléfonos móviles e inalámbricos en la Tierra. En particular, buscaban señales que cubriesen un espectro no mayor de 5Hz, dado que no hay ningún mecanismo natural conocido que produzca unas señales en una banda tan estrecha. “Las emisiones de apenas unos pocos Hz de anchura espectral son, hasta donde sabemos, un indicador inconfundible de ingeniería por parte de una civilización inteligente”, dicen. 

El gran desafío con este tipo de observaciones, es descartar los falsos positivos generados en la Tierra. Tarter y sus colegas desarrollaron una técnica basada en la simple idea de que una señal solo puede ser interesante si aparece en los datos mientras el telescopio están apuntando a la estrella objetivo, pero no cuando el telescopio apunta hacia cualquier otro lugar. “Esto excluye el 99,96 por ciento de las señales candidatas”, comentan.

Esto nos dejó 52 señales candidatas, que Tarter y compañía estudiaron buscando signos de un origen terrestre.

Sus conclusiones son directas. “No se encontraron señales de origen extraterrestre”, señalan. Sin embargo, hay algunos avisos importantes. En particular, la cuestión de la potencia de las señales que puede captar el telescopio de Green Bank.

Tarter y sus colegas consideran, en particular, el haz más potente que pueden emitir al espacio los humanos: el Radar Planetario de Arecibo, en Puerto Rico. Dicen que, si se apuntase hacia la Tierra un haz similar, lo habrían observado a una distancia de hasta 10 000 años luz. Por supuesto, la probabilidad de una coincidencia tan feliz, es pequeña.

Las civilizaciones más avanzadas podrían tener más potencia disponible, y ser más fáciles de observar. En particular, las civilizaciones que hayan aprovechado toda la energía de su estrella – las conocidas como civilizaciones de Tipo II Kardashian – deberían ser fácilmente observables.

Los resultados permiten que el equipo establezca límites restrictivos a las civilizaciones de Tipo II Kardashian. Tarter y compañía dicen que el resulta negativo implica que el número de estas civilizaciones que emiten en el rango de 1-2GHz rdebe ser menor a uno en un millón por cada estrella similar al Sol.

Esto nos deja aún mucho campo de estudio, y el equipo señala que la rápida mejora de la tecnología en sensores de señales de radio, indica que los investigadores deberían ser capaces de estrechar estos límites significativamente en un futuro no muy lejano.

Fuente: Ciencia Kanija - The Physics ArXiv Blog

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