Los
asteroides, a diferencia de los cometas, no se caracterizan por exhibir
una cola, pero existen una decena de excepciones. Investigadores
españoles han observado a uno de estos raros asteroides desde el Gran
Telescopio Canarias y han descubierto que algo le pasó sobre el 1 de
julio de 2011 para que le apareciera su ‘apéndice’. Quizá una ruptura
interna o la colisión con otro asteroide.
Hasta
ahora se han localizado diez asteroides que, al menos en algún momento,
presentaban una cola parecida a la de los cometas. Se los denomina main-belt comets (MBC),
porque tienen una órbita típicamente asteroidal, pero al mismo tiempo
muestran una cola, es decir, actividad de emisión de polvo y,
posiblemente, gas, como los cometas.
Representación del asteroide Crédito: SINC
Uno
de estos objetos, bautizado como P/2012 F5 (Gibbs), se descubrió en
marzo de 2012 desde el Observatorio Mount Lemmon en Arizona (EEUU). En
mayo y junio de ese mismo año astrofísicos españoles lo siguieron desde
el Gran Telescopio Canarias y, mediante cálculos matemáticos, han
conseguido deducir cuándo le nació la cola.
“Nuestros
modelos indican que se produjo por un evento impulsivo de muy corta
duración –de tan solo unas pocas horas– en torno al 1 de julio de 2011,
con una incertidumbre de 20 días”, explica a SINC Fernando
Moreno, investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía (CSIC).
Junto a otros colegas del Instituto Astrofísico de Canarias y la
Universidad de la Laguna han publicado los datos en The Astrophysical Journal Letters.
Las imágenes del telescopio revelan “una
estructura de polvo muy fina y alargada que coincide exactamente con la
síncrona de ese día”, comenta Moreno. Para una fecha de observación
dada, una síncrona es la posición en el plano del cielo de las
partículas que libera este tipo de objetos con una velocidad nula en un
instante de tiempo. En este caso, la síncrona del 1 de julio de 2011 es
la que mejor se ajusta a la delgada cola.
La
anchura y la variación del brillo desde la cabeza hasta el final de la
cola han permitido a los investigadores deducir las propiedades físicas
de las partículas y en qué proporciones se encuentran las de diferentes
tamaños.
A
partir de los valores del tamaño máximo y velocidad de las partículas
liberadas, el equipo ha calculado que el asteroide debe tener de 100 a
150 metros de radio y que la masa de polvo liberada ronda el medio
millón de toneladas.
Los
investigadores barajan dos posibles hipótesis para que se haya podido
originar la cola de P/2012 F5: “Podría haber surgido por su colisión con
otro asteroide, o bien debido a una ruptura rotacional”. El segundo
mecanismo consiste en el desprendimiento gradual de material tras una
fragmentación parcial del asteroide.
Esta,
a su vez, se produce por el rápido giro del asteroide que, “como un
tiovivo que se acelerase”, podría ir perdiendo alguna de sus piezas. La
velocidad de rotación de los pequeños asteroides puede ir aumentando con
el paso de tiempo debido al efecto YORP o de Yarkovsky, que puede
inducir una aceleración debido a diferencias térmicas en distintas
regiones de la superficie del asteroide, causando eventualmente su
ruptura.
Moreno
indica que, a partir de la distribución de brillo de la cola, “hemos
comprobado que la dependencia de la velocidad de eyección de las
partículas con su tamaño es muy débil, en concordancia con lo que ya
obtuvimos para otro asteroide de este grupo: el 596 Scheila, que
probablemente sufrió una colisión”.
Asteroides MBC activados
Los
MBC son asteroides del cinturón principal situados a una distancia de
entre 2 y 3,2 unidades astronómicas –distancia media entre la Tierra y
el Sol–. Por alguna causa se activan emitiendo polvo. De momento no se
ha detectado que generen gas, pero puede deberse a la debilidad de estos
objetos a la hora de observarlos.
Desde
el primer descubrimiento de un MBC en 1996, el 133P/Elst-Pizarro, ya se
han detectado una decena. La presencia de cola en algunos ha persistido
durante un periodo relativamente largo –unos pocos meses–, como los
casos de 2006 VW139 y P/2010 R2 (La Sagra). En este último, descubierto
desde el observatorio del mismo nombre en Granada, la actividad podría
deberse a sublimación de hielo, por lo que debería haber emitido gas,
pero no se ha detectado.
En
otros casos, sin embargo, la actividad se ha desarrollado durante un
corto periodo de tiempo, como en 596 Scheila. Su nube de polvo se disipó
muy rápidamente, apenas durante las tres o cuatro semanas posteriores a
su detección.
También
hay ejemplos de MBC que han mostrado actividad recurrente,
como 133P/Elst-Pizarro y 238P, a los que se les ha observado cola en más
de una ocasión.
En
el caso de P/2012 F5 todavía se desconoce a qué grupo pertenece. Se
tendrán más datos cuando se vuelva a observar en buenas condiciones el
próximo año, alrededor de julio o agosto de 2014.
El
último MBC documentado hasta ahora es el denominado P/2012 T1
(PANSTARRS), que también están analizando los astrofísicos españoles.
Los investigadores consideran, que al igual que ha ocurrido con los
exoplanetas, en los próximos años irán apareciendo muchos más main-belt comets.
Fuente: Ciencia Kanija - SINC
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