Las
primeras estrellas que se formaron tras el Big Bang y la Edad Oscura
eran muy masivas y tuvieron un gran protagonismo durante la reionización
–la segunda mayor fase de cambio de hidrógeno en el universo–. Nuevas
observaciones del Instituto de Astrofísica de Canarias nos acercan a
esas estrellas del universo primitivo que se hallan en la galaxia IC
1613, la más cercana a la Tierra.
La
principal diferencia entre las primeras estrellas y las que se observan
actualmente es que las primeras se formaron solo a partir de hidrógeno y
helio, sin metales. Así, esas estrellas masivas, que eran pobres en
metales, son fundamentales para comprender las primeras etapas del
universo.
Galaxia IC1613 Imagen: G. Pérez (SMM-IAC) y M. García (IAC)
Gracias a observaciones realizadas con el espectrógrafo OSIRIS en el
Gran Telescopio de Canarias (GTC), Miriam García y Artemio Herrera,
científicos del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), han
duplicado el número de estrellas-O –la fase joven de las estrellas más
masivas– conocidas en esta galaxia.
Hasta
la fecha solo se conocían seis estrellas-O censadas en la galaxia enana
IC1613, y otra estrella estudiada por Herrero y sus colaboradores en el
2012. Ahora se han descubierto ocho nuevas estrellas de tipo-O, lo que
aumenta el número de estrellas conocidas en esta galaxia.
Asimismo,
los investigadores han establecido la escala de temperaturas para las
estrellas masivas en IC1613, en unas condiciones de ‘metalicidad’ más
próximas que nunca a las del universo primitivo.
Con
un 30% menos de metales, la escala de temperatura de IC1613 –la galaxia
más cercana a la Tierra, se encuentra a unos 2,3 millones de años luz de
esta– es unos 1000 Kelvin (727 ºC) más caliente que la de las estrellas
de la Pequeña Nube de Magallanes, la tercera galaxia más próxima a la
Vía Láctea.
A
partir de este hallazgo, las estrellas de IC1613 constituyen el
siguiente paso para estudiar cómo funcionaban las primeras estrellas del
Universo. Para los autores, este resultado constituye una herramienta
muy potente para estimar el flujo ionizante de poblaciones estelares
jóvenes no resueltas, como las que se observan al penetrar cada vez más
lejos en el Cosmos.
Sobre las estrellas masivas
Las
estrellas masivas calientan, ionizan y hacen brillar el medio que las
rodea a través de la radiación que emiten, que depende de su
temperatura. Cuanto mayor es esta, más capacidad tienen para hacer
brillar el gas de su entorno.
“Este gas es el material que observamos cuando nos remontamos a las edades más tempranas del universo”, explican los autores.
En el
universo primitivo, las estrellas estaban formadas por un contenido muy
bajo en metales (en astrofísica, todos los elementos distintos del
hidrógeno y el helio). Para entenderlo, es necesario estudiar objetos
con una composición química similar.
En
cuanto a su actividad, estas estrellas eran capaces de generar eventos
muy energéticos –como explosiones de supernova y estallidos de
rayos-gamma– que afectaban profundamente a su entorno.
Fuente: Ciencia Kanija - SINC
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