domingo, 9 de diciembre de 2012

La misión GRAIL avanza hacia el mejor mapa del campo gravitatorio de la Luna


La misión Gravity Recovery and Interior Laboratory (GRAIL) de la NASA acaba de facilitar el mapa del campo gravitatorio de la Luna con la datos recopilados entre marzo y mayo de este año.Todavía no es la cartografía definitiva, pero ya ofrece nuevos datos y gran cantidad de detalles sobre este aspecto de nuestro satélite. Los avances se explican en tres artículos del último número de Science.

“Se sabía que los impactos fracturan las cortezas planetarias, pero GRAIL ha demostrado que la corteza superficial de la Luna ha sido totalmente destrozada por el bombardeo que se produjo en los comienzos de la historia planetaria y que las fracturas pueden penetrar decenas de kilómetros hacia el interior”, explica a SINC Maria Zuber, investigadora del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, EEUU) y coordinadora del primer estudio.

“Este hallazgo tiene implicaciones importantes para saber cómo se enfrió la Luna y el transporte de fluidos en su interior –prosigue la científica–. Se encontraron ‘techos’ masivos de magma solidificado, los restos que quedan de la expansión temprana de la Luna. Hasta ahora no había evidencias de ello porque los primeros impactos borraron los registros de la superficie lunar. La única evidencia que perdura ha estado oculta bajo el suelo”.

La información de cómo estos extensos mantos de magma enfriado –denominados ‘diques’– cortan las corteza, se detalla en otro de los artículos, en el que también participa Zuber aunque se coordina desde el Colorado School of Mines en Golden (EEUU)

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Variaciones en el campo gravitatorio lunar detectadas por la misión GRAIL. En rojo, los excesos de masa y en azul, su menor cantidad. (Imagen: NASA)


Los investigadores también han comprobado que la corteza lunar es mucho más delgada de lo que se pensaba y que algunos de los primeros impactos excavaron casi toda la corteza, por lo que estas cuencas representan “una ventana hacia el interior de la Luna”.

En el tercer artículo, liderado por el investigador Mark A. Wieczorek de la Universidad Diderot de París (Francia), se revela que la corteza superior de nuestro satélite tiene entre 35 y 40 kilómetros de grosor, una cifra inferior a la que se pensaba hasta ahora, además de probablemente también ser más porosa.

Toda esta información y la cartografía se ha elaborado ​​con datos recogidos por GRAIL pasando durante la pasada primavera a unos 55 km de altitud sobre la superficie lunar. “A finales de agosto bajamos las órbitas y han estado cartografiando a la mitad de altitud, a unos 23 km”, señala Zuber. “Y en los próximos días bajaremos aún más para crear un mapa con una resolución extraordinariamente alta. ¡Queda mucho que aprender sobre la Luna!”

Mientras tanto,  las dos naves gemelas de la misión, Flow (Flujo) y Ebb (Reflujo), continúan trabajando en tándem. Sus instrumentos miden las distancias entre ambas según sobrevuelan la superficie de la Luna y se ven afectadas por la diferente atracción gravitacional que manifiesta la topografía y los cambios en la masa del terreno. 

Fuente: Noticias de la Ciencia y la Tecnología - SINC

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