domingo, 18 de noviembre de 2012

Sondeando el entorno inmediato de un colosal agujero negro


Un agujero negro es una región del espacio donde la fuerza de gravedad es tan fuerte que nada puede escapar, ni siquiera la luz. Los agujeros negros de mayor masa, que pueden ser hasta miles de millones de veces más masivos que nuestro Sol, residen en el corazón de la mayoría de las galaxias.

Ahora, un equipo internacional, dirigido por investigadores del Observatorio Haystack, dependiente del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Cambridge, Estados Unidos, ha conseguido medir la órbita más interna del disco de acreción con respecto al borde del horizonte de eventos que envuelve al agujero negro. El horizonte de eventos es la distancia más cercana a la que la materia puede acercarse antes de quedar irremediablemente atrapada en el agujero negro.

Los científicos enlazaron radiotelescopios de Hawái, Arizona y California para crear un conjunto de radiotelescopios que puede discernir detalles 2.000 veces más finos de lo que es visible para el Telescopio Espacial Hubble. Las antenas parabólicas fueron orientadas hacia M87, una galaxia a unos 50 millones de años-luz de la Vía Láctea. M87 contiene un agujero negro 6.000 millones de veces más masivo que nuestro Sol. Usando el conjunto de radiotelescopios, el equipo captó el resplandor de la materia cerca del horizonte de eventos de este agujero negro.

"Una vez que los objetos caen a través del horizonte de eventos, están perdidos para siempre", dice sombríamente Shep Doeleman, director adjunto del Observatorio Haystack. "Es una puerta de salida de nuestro universo. Puedes pasar a través de esa puerta para salir, pero no para regresar"

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Imagen generada del agujero negro de M87. (Foto: Avery E. Broderick (Perimeter Institute & University of Waterloo))

En el borde de un agujero negro, la fuerza de gravedad es tan fuerte que atrae todo lo que haya en su entorno cercano. Sin embargo, no toda la materia puede cruzar el horizonte de eventos al mismo tiempo y, por así decirlo, se produce una especie de embotellamiento de tráfico cósmico, en el que el gas y el polvo se acumulan, creando lo que se conoce como disco de acreción. Este disco de materia orbita al agujero negro a casi la velocidad de la luz, alimentando al agujero negro con una dieta constante de material a temperaturas elevadísimas.

El equipo de Doeleman ha conseguido medir la órbita más interior del disco de acreción y tiene sólo 5,5 veces el tamaño del horizonte de eventos del agujero negro. De acuerdo con las leyes de la física, esto sugiere que el disco de acreción está girando en la misma dirección que el agujero negro.

El equipo planea expandir su conjunto de telescopios, añadiendo antenas parabólicas en Chile, México, Europa, Groenlandia y la Antártida, con el fin de obtener imágenes aún más detalladas del entorno inmediato de agujeros negros en el futuro.

Fuente: Noticias de la Ciencia y la Tecnología 

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