domingo, 11 de noviembre de 2012

Los primeros mundos habitables que encontremos podrían ser exolunas


Exolunas orbitando un planeta similar a Júpiter. Crédito: Dan Durda.
Lunas, en lugar de planetas, podrían protagonizar las primeras imágenes de mundos habitables fuera del Sistema Solar. Una vez tomadas, dichas imágenes ofrecerían pistas sin precedentes de la capacidad de las lunas para albergar vida, proporcionando las huellas químicas “impresas” en su luz.
“Si podemos fotografiarlas directamente, podemos tomar su espectro, lo que significa que podemos determinar qué tipo de moléculas hay en su atmósfera”, dice Mary Anne Peters de la Universidad de Princeton.
Hasta ahora, se ha descubierto más de 800 planetas fuera de nuestro sistema solar, o exoplanetas, usando métodos indirectos, tales como captar la atenuación de la luz de una estrella cuando un planeta pasa frente a ella. Sin embargo, ha sido difícil obtener el espectro de planetas rocosos similares en tamaño a la Tierra con este método. El álbum de fotos planetario es aún más pequeño: sólo 4 sistemas han sido fotografiados.
Uno de los retos es que las estrellas son brillantes, en tanto que los planetas son tenues, así que un planeta tiene que estar suficientemente lejos de su estrella para evitar ser eclipsado. Esto significa que aquellos mundos han sido fotografiados orbitando fuera de la zona habitable, la región alrededor de una estrella que es lo bastante cálida para que exista agua líquida en la superficie del planeta. Además, los exoplanetas que son suficientemente brillantes para aparecer en las imágenes deben brillar gracias al calor de su formación y, por tanto, son demasiado jóvenes para albergar vida.
Calentamiento de marea
Pero si una luna orbita un gigante de gas más viejo similar a Júpiter, la atracción gravitatoria del planeta puede comprimir y estirar constantemente la luna, manteniendo su interior fundido. Este proceso, conocido como calentamiento de marea, es conocido por alimentar el horno de la luna Ío de Júpiter, el cuerpo más activo volcánicamente conocido en el Sistema Solar. Con este “calor de marea”, una exoluna debería brillar en las imágenes.
“En cierto sentido, lo que estamos diciendo es que existe una manera de mantenerse cálido además de la luz estelar”, dice Edwin Turner, también de Princeton. “Esto nos permitirá fotografiar directamente lunas en sistemas planetarios incluso si no podemos ver el planeta”.
Para comprobar esta idea, Turner y Peters calcularon cuán caliente tendría que ser una luna para que pueda ser vista por los telescopios actuales. Descubrieron que la mayoría de los observatorios actuales –como el telescopio Keck en Hawái o los telescopios espaciales Hubble y Spitzer- deberían ser capaces de fotografiar lunas, pero sólo si su temperatura es cercana a unos abrasadores 700 °C.
Los futuros telescopios tendrán la sensibilidad para captar lunas a una temperatura mucho más agradable para la vida. El Telescopio Espacial James Webb, por ejemplo, debería ser capaz de ver exolunas con temperaturas tan agradables como 27 °C, siempre y cuando sus planetas anfitriones estén a una distancia de su estrella similar a las que Saturno o Urano se encuentran del Sol.
Fenómenos “infierno”
Sin embargo, el calentamiento de marea puede no ser una bendición para la vida, advierte René Heller del Instituto Leibniz de Astrofísica en Potsdam, Alemania. El mismo apretón que genera calor también puede crear una actividad sísmica adversa, como los volcanes en Ío que arrojan lava y gases sulfurosos constantemente.
“Esto podría significar que el calentamiento de marea no extiende tu zona habitable, dado que una vez que tienes bastante calentamiento de marea para mantener las temperaturas superficiales sobre 0 °C, destruyes cualquier forma de vida en la superficie a causa de estos fenómenos de ‘infierno’”, dice Heller.
No obstante, incluso una luna que no es adecuada para la vida sería un descubrimiento trascendental. “No conocemos una única luna fuera del Sistema Solar”, dice Turner. “No sabemos si las lunas en los sistemas solares son excepcionalmente comunes, o excepcionalmente raras. De esto se trata la exploración; descubrir lo que hay allí fuera”.
El nuevo estudio plantea la tentadora posibilidad de que ya hayamos fotografiado una exoluna. Uno de los planetas fotografiados directamente, Fomalhaut b, está en el centro de una controversia acerca de si realmente es un planeta, en parte debido a que tiene una órbita inusual. Turner sugiere que, en lugar de un planeta, el mundo de extraño comportamiento podría ser la primera exoluna fotografiada directamente, y su órbita puede deberse a la trayectoria que sigue dicho cuerpo alrededor de un planeta no observado.
Fuente: Cosmo Noticias - New Scientist

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