domingo, 7 de octubre de 2012

Curiosity encuentra el lecho de un antiguo arroyo en Marte


El rover de la NASA, Curiosity, ha encontrado pruebas de una corriente de agua que un día fluyó con vigor a lo largo del área donde camina el robot. Existían pruebas anteriores de la presencia de agua en Marte, pero son las primeras de estre tipo – imágenes de rocas que contienen antigua gravilla del lecho del río.
Los científicos han estudiado las imágenes de unas piedras cementadas en una capa de roca conglomerada. Los tamaños y formas de las piedras dan pistas de la velocidad y la distancia de un antiguo flujo de la corriente.
“Por el tamaño de la gravilla arrastrada podemos interpretar que el agua se desplazaba aproximadamente un metro por segundo con una profundidad que estaría entre la altura del tobillo y de la cadera”, ha explicado William Dietrich de la Universidad de California en Berkeley y co-investigador de la misión Curiosity. “Se han escrito muchos artículos acerca de canales en Marte con muchas hipótesis diferentes acerca del flujo en ellos y esta es la primera vez que vemos transporte de gravilla por agua en el planeta rojo. Esta es la transición entre la especulación acerca de la magnitud del material arrastrado hacia la observación directa”, añadió.

Antiguo flujo de agua en Marte
El rover de la NASA Curiosity encontró pruebas de un antiguo riachuelo en algunas localizaciones, incluyendo la que aparece en esta fotografía a la que el equipo de científicos ha llamado “Hottah”, como al lago Hottah de los Territorios del Noroeste de Canadá. Créditos de la imagen: NASA/JPL-Caltech/MSS.

El lugar del descubrimiento está  entre el borde septentrional del Cráter Gale y la base del monte Sharp que está en el interior del cráter. Las imágenes previas que se tenían de la zona permiten a los científicos una interpretación adicional  del conglomerado de gravilla. Estas muestran un flujo de agua que se abre en abanico, que se vierte cuesta abajo desde el borde del cráter, y veteado por muchos aparentes canales, que están colina arriba respecto a los nuevos hallazgos.
“La forma redondeada de algunas piedras del conglomerado indica un transporte de larga distancia desde el anillo del cráter, donde un canal bautizado Peace Vallis alimentaría el abanico aluvial”. La abundancia de canales en el abanico entre el borde y el conglomerado sugiere que el flujo de agua continuó o se repitió a lo largo de mucho tiempo y no solamente una vez o durante unos pocos años.
El descubrimiento se ha realizado tras el examen de dos afloramientos, llamados “Hottah” y “Link”, aprovechando el uso del teleobjetivo de la cámara situada en el mástil de Curiosity durante los primeros 40 días después de su llegada. Estas observaciones han llegado tras las primeras pistas dejadas por otro afloramiento, que quedó expuesto por los cohetes de Curiosity durante su aterrizaje.
“Hotta tiene el aspecto de un trozo de pavimento levantado por un martillo neumático pero en realidad es un bloque inclinado del antiguo lecho de un arroyo”, afirmó John Grotzinger, científico del Instituto Tecnológico de California en Pasadena, que forma parte del Proyecto Científico del MSL.
El tamaño de la gravilla en los conglomerados de los dos afloramientos va desde el de un grano de arena a una bola de golf. Algunas tienen aristas pero muchas son redondas.
“Las formas nos dicen que han sido transportadas y sus tamaños que el viento no ha podido ser el que lo ha hecho. Han sido transportadas por una corriente de agua”, declaró la co-investigadora científica de Curiosity Rebeca Williams, del Instituto de Ciencia Planetaria, en Tucson, Arizona.
El equipo científico puede utilizar el robot para conocer la composición fundamental de estos materiales, que mantienen unido el conglomerado, revelando así más características del entorno húmedo en el que se formaron estos depósitos. Las piedras del conglomerado nos dan una muestra de la parte superior del borde del cráter, así que el equipo tendrá que examinar algunas más para conocer mejor toda la geología de la región.
La ladera del Monte Sharp, en el Cráter Gale, sigue siendo el destino más importante del róver. Las arcillas y los minerales sulfatados detectados allí desde la órbita pueden ser buenos depósitos de compuestos basados en la química del carbono, que son los potenciales ingredientes para la vida.
“Un largo flujo de agua puede ser un entorno habitable”, declaró Grotzinger. “Aunque no es nuestra mejor opción como entorno conservador de compuestos orgánicos. Todavía estamos de camino al Monte Sharp pero esto ya nos asegura haber encontado nuestro primer entorno potencialmente habitable”.
Durante la misión principal de dos años los investigadores del MSL utilizarán los 10 instrumentos de Curiosity para estudiar qué áreas del Cráter Gale han ofrecido alguna vez condiciones ambientales favorables para la vida microbiana.
Fuente: Ciencia Kanija - NASA

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