sábado, 8 de septiembre de 2012

Cinco rarezas de nuestra galaxia



La estrella V838 Monocerotis fotografiada por el Hubble a lo largo de 2002. Crédito: NASA, ESA y H.E. Bond (STScI).
V838 Monocerotis
En febrero de 2002, esta estrella anteriormente común ubicada a aproximadamente 20.000 años-luz de distancia alcanzó brevemente una luminosidad un millón de veces la del Sol. El mes siguiente ocurrió de nuevo. Y en abril. Al principio se asumió que era una nova; una enana blanca que arranca gas a una compañera hasta que desencadena un explosión termonuclear en su superficie. Sin embargo, las novas no ocurren tres veces en una rápida sucesión y luego se calman.
¿Fue un estallido cerca del final de la vida de una estrella gigante rara vez visto? ¿El grito de dos estrellas que colisionaron? ¿O fue una estrella que consumió tres planetas gigantes? Lo que es seguro es que el triple destello de luz fue reflejado por el polvo cercano que rodea al objeto, cambiando rápidamente la iluminación de las capas, convirtiéndose en una verdadera belleza cósmica.
Rezagadas azules
Los densos cúmulos globulares de la Vía Láctea son enjambres esféricos de estrellas rojas, ligeras y antiguas, la mayoría de ellas de más de 10.000 millones de años de edad. Unas pocas estrellas dentro de los cúmulos globulares, sin embargo, brillan con luz azul, sugiriendo algo anómalo caliente, joven y brillante.
Ahora pensamos que estas “rezagadas azules” son tan viejas como sus compañeras, pero de alguna manera han sido rejuvenecidas. Algo pudo haber arrancado gas de una estrella vecina, comprimiendo su motor nuclear central haciéndolo quemar gas más rápido y caliente. Otras pueden ser el fruto de fusiones estelares; dos estrellas rojas frías que se fusionan para crear una azul caliente.
Sagitario A*
Sagitario A* (Sgr A*) es una fuente de emisión de ondas de radio en el centro de la Vía Láctea, que se piensa que contiene un enorme agujero negro con cuatro millones de veces la masa del Sol. En algunas galaxias, tal agujero negro sería una fuente temible de radiación, resplandeciendo en luz y rayos X cuando se alimenta del gas cercano.
No así en nuestra galaxia. Esto se debe en parte a que Sagitario A* tiene un suministro de gas mucho más escaso, pero aún así es débil, y parece excepcionalmente ineficiente al transformar gas en calor y luz. Algunas pistas sobre por qué se comporta así podrían surgir el próximo año, cuando una nube de gas cercana se sumerja en las fauces del lánguido gigante.
S2
S2 es una estrella blanco azulada rápida e intensa que sinceramente tiene algunas explicaciones que dar. Orbita muy cerca del agujero negro central de la galaxia, Sgr A*, moviéndose a una velocidad de 5.000 kilómetros por segundo, o casi el 2% de la velocidad de la luz.
A la distancia que se encuentra, la gravedad del agujero negro debería destrozar las nubes de gas antes que puedan condensarse en nuevas estrellas. Y aunque una estrella puede migrar hacia el interior desde zonas más tranquilas, S2 es una estrella joven y brillante de no más de 10 millones de años, cuya vida parece demasiado breve para realizar ese viaje.
SDSS J102915+172927
La mayoría de las estrellas actuales contiene una reserva moderada de elementos pesados heredada de generaciones estelares anteriores. Pero no es el caso de esta estrella, que se encuentra a más de 4.000 años-luz de distancia.Descubierta el año pasado, es una mezcla casi prístina de hidrógeno y helio, con sólo un 0,00007% de otros elementos.
Esto es similar a la materia primordial que surgió del Big Bang. Se pensaba que dicho gas puro, carente del carbono y oxígeno que normalmente ayuda a que las nubes se enfríen y condensen, sólo formaba estrellas colosales y de vida corta. Nadie sabe cómo consiguió formarse este objeto anómalo; quizá fue un fragmento separado durante el nacimiento de una estrella supergigante, en la edad oscura del Universo.
Fuente: Cosmo Noticias - New Scientist


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