Además, el proceso promovido por la radiación causa que el regolito del suelo lunar se oscurezca con el paso del tiempo. Tener en cuenta esto es importante para garantizar un conocimiento lo bastante bueno sobre la historia geológica de la Luna. El regolito es un sedimento que en el caso de la Luna se debe al incesante bombardeo de micrometeoritos, rayos cósmicos y partículas de viento solar.
El nuevo estudio se basa en mediciones hechas por el instrumento CRaTER, a bordo de la sonda lunar LRO de la NASA. El trabajo de investigación lo ha realizado un equipo de expertos de la Universidad de New Hampshire, en Estados Unidos, y otras instituciones.
Los resultados del estudio no sólo subrayan que la erosión de la superficie lunar provocada por los rayos cósmicos es un importante agente de alteración química, sino que también refuerzan la hipótesis de que los rayos cósmicos pueden hacer un trabajo comparable en algunos aspectos al que, bajo escenarios más convencionales, conduce a la formación de moléculas prebióticas.
La sonda LRO. (Foto: Chris Meaney/NASA)
Aunque ciertamente la radiación cósmica plantea riesgos para los astronautas e incluso para las astronaves, lo descubierto por el equipo del físico Nathan Schwadron, de la citada universidad, y Harlan Spence, científico principal del instrumento CRaTER, refuerza la idea de que los rayos cósmicos pudieron ser un agente fundamental en la evolución química y acaso bioquímica de algunos planetas, miniplanetas, satélites y cuerpos celestes menores, al actuar en el agua helada y causar en ella alteraciones químicas. Específicamente, el proceso libera átomos de oxígeno del hielo de agua, que luego pueden enlazarse con el carbono para formar grandes moléculas orgánicas prebióticas.
Fuente: Noticias del Espacio
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