domingo, 13 de mayo de 2012

Formación fácil de compuestos orgánicos mientras se forjaba nuestro sistema solar

Compuestos orgánicos complejos, incluyendo muchos importantes para la vida en la Tierra, pudieron ser producidos con bastante facilidad bajo las condiciones que probablemente predominaron en la infancia del sistema solar. Unos científicos han llegado a esta conclusión después de cotejar simulaciones digitales con experimentos de laboratorio.

Aunque los compuestos orgánicos se encuentran comúnmente en muestras de cometas y meteoritos, sus orígenes exactos han estado envueltos en el misterio.

Ahora, el geofísico Fred Ciesla, de la Universidad de Chicago, y el físico Scott Sandford del Centro Ames de Investigación de la NASA en Moffett Field, California, han presentado una descripción de cómo pudieron surgir y evolucionar esos compuestos. Sin embargo, su grado de importancia en el origen de la vida, todavía se desconoce.

En el estudio, se simuló la dinámica de la nebulosa solar, la nube de gas y polvo de la cual se formaron el Sol y los planetas. A pesar de que cada partícula de polvo dentro de la nebulosa se comportaba de manera diferente, experimentó las condiciones necesarias para formar compuestos orgánicos durante un período simulado comparable en duración al de la infancia del sistema solar.

Todo apunta a que el proceso puede darse en cualquier sistema planetario con las condiciones adecuadas. La formación de compuestos orgánicos y su incorporación a la superficie de planetas con las características apropiadas sería por tanto un proceso universal, tal como acota Sandford.

Sandford ha dedicado muchos años de investigación de laboratorio a los procesos químicos que se producen cuando la radiación ultravioleta de alta energía bombardea a partículas de hielo simple como las detectadas en el espacio. Un resultado habitual es que se produce una mezcla sorprendentemente rica de compuestos orgánicos.

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Simulación de la nebulosa primigenia del sistema solar. (Foto: NASA/JPL-Caltech)



Estos compuestos incluyen moléculas de interés biológico, como aminoácidos, nucleobases y anfifílicos, que constituyen los cimientos de las proteínas, del ARN y el ADN, y de las membranas celulares, respectivamente. El hielo irradiado debió producir este mismo tipo de moléculas durante la formación del sistema solar.

Una pregunta crucial es: ¿Pudieron las partículas de hielo que viajaban por los bordes exteriores de la nebulosa solar, donde reinaban temperaturas tan bajas como 243 grados centígrados bajo cero (405 grados Fahrenheit bajo cero), quedar expuestas a la radiación ultravioleta de las estrellas circundantes?

Las nuevas simulaciones por ordenador reproducen el probable entorno turbulento en el disco protoplanetario. La acción del entorno se tradujo en un eficiente proceso de mezcla de las partículas por toda la nebulosa, y a veces las trasladaba a zonas de la nube donde podían ser irradiadas. Teniendo en cuenta ésta y otras circunstancias, parece difícil que estas partículas de hielo no pasasen al menos una parte de su tiempo expuestas a la radiación ultravioleta.

Las partículas también se movieron dentro y fuera de las regiones cálidas de la nebulosa. Esto completa la "receta" cósmica para la fabricación de compuestos orgánicos: hielo, irradiación y calentamiento.



Fuente: Noticias del Espacio

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