sábado, 7 de abril de 2012

El oscuro corazón de una colisión cósmica


Dos de los observatorios espaciales de ESA se han combinado para crear una imagen en múltiples longitudes de onda de violentos eventos que tienen lugar en la galaxia gigante de Centaurus A. Las nuevas observaciones refuerzan la visión de que puede haberse creado mediante la colisión cataclísmica de dos galaxias más antiguas.
Centaurus A es la galaxia elíptica gigante más cercana a la Tierra, a una distancia de alrededor de 12 millones de años luz. Destaca por albergar un masivo agujero negro en su núcleo y emitir intensos estallidos de ondas de radio.
Aunque anteriores imágenes tomadas en luz visible apuntaban a una compleja estructura interna en Centaurus A, combinar la salida de dos de los observatorios de ESA que funcionan en extremos casi opuestos del espectro electromagnético reveló la inusual estructura en mucho mayor detalle.
Centaurus A Crédito: NASA

La galaxia fue observada por Sir John Herschel en 1847 durante su estudio de los cielos del sur. Ahora, unos 160 años después, el observatorio que lleva su apellido ha desempeñado un papel clave en el descubrimiento de algunos de sus secretos.
Las nuevas imágenes, tomadas con el observatorio espacial Herschel en una resolución sin precedentes en longitudes de onda del infrarrojo lejano, demuestran que la gigantesca cicatriz negra de polvo que oscurece el centro de Centaurus A prácticamente desaparece.
Las imágenes muestran el disco interior aplanado de una galaxia espiral con una forma que los científicos creen que es debida a una colisión con una galaxia elíptica durante alguna época pasada y lejana.
Los datos de Herschel también descubren pruebas de un intenso nacimiento estelar en el centro de la galaxia junto con dos chorros que emanan del núcleo de la galaxia – uno de ellos de 15 000 años luz de largo. Las nubes recientemente descubiertas co-alineadas con los chorros también pueden verse en el infrarrojo lejano.
“La sensibilidad de las observaciones de Herschel nos permite ver no sólo el brillo del polvo dentro y alrededor de la galaxia, sino también las emisiones de electrones en los chorros que se retuercen en los campos magnéticos a velocidades cercanas a la de la luz”, explica Göran Pilbratt, científico del proyecto Herschel.
El observatorio de rayos X XMM-Newton de ESA registró el brillo de alta energía procedente de uno de los chorros, el cual se extiende unos 12 000 años luz desde el brillante núcleo de la galaxia.
La visión de rayos X de XMM-Newton muestra no sólo la forma en que el chorro interactúa con la materia interestelar a su alrededor, sino también el núcleo intensamente activo de la galaxia, y su gran halo gaseoso.
“XMM-Newton está perfectamente preparado para detectar emisiones extendidas débiles en rayos X, a menudo permitiéndonos ver, por primera vez, halos alrededor de galaxias”, apunta Norbert Schartel, científico del proyecto XMM-Newton.
Los chorros observados por ambos satélites son prueba de un agujero negro supermasivo – de diez millones de veces la masa del Sol – en el centro de la galaxia.

Esta colaboración única, junto con las observaciones en luz visible, nos han dado una nueva perspectiva del drama en objetos como Centaurus A, con un agujero negro, nacimiento estelar, y el impacto de dos galaxias para formar una.
Fuente: Ciencia Kanija - ESA

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