Las medidas de campo en la espectacular región del hielo azul de la Antártida no sólo ayudan a garantizar la precisión de la misión Cryosat de la ESA; también revelan que esta región de la capa de hielo de la Antártida crece en altura.
Los científicos necesitan comprobar continuamente la precisión de los datos de Cryosat, y para ello deben desplazarse a algunos de los lugares con las condiciones ambientales más extremas del planeta.
Estas campañas se llevaron a cabo en una meseta desierta conocida como región del hielo azul, en el borde de la Antártida. Como su nombre sugiere, este lugar único es una vasta extensión de hielo azul pulido, sin nieve.
Es precisamente esta ausencia de nieve y la inusual superficie helada lo que convierten a esta región en ideal para determinar la precisión de las medidas del altímetro de Cryosat.
Como no hay nieve, las señales de radar emitidas por el altímetro de Cryosat rebotan directamente en el hielo y vuelven al satélite.
La altura del hielo se determina por la diferencia en el tiempo entre la emisión y la recepción de las señales.
Habitualmente el hielo está cubierto por una capa de nieve, así que la señal del radar debe penetrar esta capa superior antes de alcanzar el hielo. Este hecho puede influenciar las medidas que obtiene Cryosat sobre la altitud del hielo.
Así pues, medir directamente desde la dura y brillante capa de hielo azul resulta extremadamente valioso para comprobar la precisión de los datos de Cryosat.
A pesar de que estos trabajos de campo están diseñados para validar los datos de Cryosat, el análisis de las mediciones llevadas a cabo durante las campañas de 2008-09 y 2010-11 han arrojado resultados sorprendentes: esta parte de la Antártida ha aumentado en altura unos 9 centímetros de media entre una campaña y otra.
Científicos de la Universidad Técnica de Dresden han hecho frente a un clima extremo para poder generar un mapa que registre los sutiles cambios en la altura del hielo en un área de 2.500 km2. Las medidas fueron tomadas en tierra, con sofisticados equipos con GPS instalado en trineos.
Científicos del Instituto Alfred Wegener también llevaron a cabo mediciones desde un avión, con un instrumento que simula el altímetro de Cryosat.
Tras analizar los datos recogidos en las campañas y compararlos con series de datos que se retrotraen a hace 20 años los científicos han podido determinar los cambios.
“Hemos podido obtener este interesante resultado gracias a las campañas anteriores al lanzamiento de CryoSat en 2010”, ha dicho Reinhard Dietrick, de la Universidad Técnica de Dresden. “Los resultados por supuesto son preliminares, pero será muy interesante ver si este aumento en altura se mantiene en el futuro”.
Al otro lado del planeta está comenzando, justo esta semana, otra campaña dedicada a Cryosat. Equipos de científicos de la ESA, la NASA, Europa y Canadá se dirigen al alto Ártico para tomar medidas desde el hielo y también desde el aire, mientras Cryosat toma datos desde su órbita.
Cryosat fue lanzado hace casi exactamente dos años, para monitorizar los cambios en el grosor del hielo marino que flota en los océanos polares y de los casquetes polares en Groenladia y la Antártida. Su misión última es mejorar nuestra comprensión del vínculo entre el hielo y el clima.
Fuente: Cosmo Noticias - ESA
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