Una nueva investigación sugiere que miles de millones de estrellas de nuestra galaxia han capturado planetas vagabundos que en algún momento fueron a la deriva por nuestro espacio interestelar. Los mundos nómadas, que fueron expulsados de los sistemas estelares en los que se formaron, ocasionalmente encuentran una nueva casa en una estrella distinta. Esto podría explicar la existencia de algunos planetas cuya órbita está sorprendentemente lejos de sus estrellas, e incluso la existencia de un sistema planetario doble.
“Las estrellas intercambian planetas de la misma forma que los equipos de béisbol intercambian jugadores”, dice Hagai Perets del Centro Harvard-Smithsonian para Astrofísica.
El estudio, cuyos coautores son Perets y Thijs Kouwenhoven de la Universidad de Pekín en Chima, aparece ene el ejemplar del 20 de abril de la revista The Astrophysical Journal.
Para llegar a su conclusión, Perets y Kouwenhoven simularon cúmulos estelares jóvenes que contenían planetas volando libremente. Encontraron que si el número de planetas vagabundos era igual al número de estrellas, entonces entre un 3 y un 6 por ciento de las mismas atraparía un planeta con el tiempo. Cuanto más masiva era la estrella, más probable era que capturase un planeta a la deriva.
Estudiaron jóvenes cúmulos estelares debido a que la captura es más probable cuando las estrellas y los planetas libres están apilados en un pequeño espacio. Con el tiempo, los cúmulos se dispersan debido a la estrecha interacción entre las estrellas, por lo que cualquier encuentro entre planeta y estrella tiene que tener lugar en los inicios de la historia del cúmulo.
Los planetas vagabundos son una consecuencia natural de la formación estelar. Los sistemas estelares recién nacidos a menudo contienen múltiples planetas. Si dos de ellos interactúan, uno puede ser expulsado y convertirse en un viajero interestelar. Si más tarde se encuentra con una estrella distinta que se mueve en la misma dirección y a la misma velocidad, puede unirse a ella.
Un planeta capturado tiende a orbitar cientos o miles de veces más lejos de su estrella de lo que está la Tierra del Sol. También es probable que tenga una órbita inclinada en relación a cualquier planeta nativo, y puede que incluso orbite a la estrella en sentido inverso.
Los astrónomos aún no han detectado ningún caso claro de planeta capturado. Los impostores pueden ser difíciles de distinguir. Las interacciones gravitatorias dentro de un sistema planetario pueden arrojar a un planeta a una órbita amplia e inclinada que imite la forma de un mundo capturado.
Encontrar un planeta en una órbita lejana alrededor de una estrella de masa baja sería una buena señal de una captura, dado que el disco de la estrella no habría tenido suficiente material para formar un planeta tan lejano.
La mejor prueba hasta la fecha que apoye la captura planetaria procede del Observatorio Europeo Austral, que anunció en 2006 el descubrimiento de dos planetas (con masas de 14 y 7 veces la de Júpiter) orbitándose entre sí sin una estrella.
“El sistema planetario vagabundo doble es lo más cercano que tenemos a una prueba por el momento”, dice Perets. “Para lograr más pruebas tendremos que acumular estadísticas estudiando una gran cantidad de sistemas planetarios”.
¿Podría nuestro Sistema Solar albergar un planeta extranjero mucho más allá de Plutón? Los astrónomos han mirado y no han encontrado nada por el momento.
“No hay pruebas de que el Sol haya capturado un planeta”, dice Perets. “Podemos descartar un gran planeta. Pero hay una posibilidad de que haya un pequeño mundo merodeando por los bordes del Sistema Solar”
Fuente: Ciencia Kanija - CfA
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