domingo, 25 de marzo de 2012

Resolviendo el misterio de las rocas lunares magnetizadas del Apollo 12


La mayor cantidad de anomalías magnéticas de la Luna (en la izquierda) se encuentra cerca del borde norte de la cuenca Aitken en el polo sur lunar. Crédito: NASA/LRO/Science/AAAS.
Desde su descubrimiento por la tripulación del Apollo 12, los científicos han estado intrigados por las rocas fuertemente magnetizadas encontradas en la Luna. La mayor parte de las rocas de la Luna fueron traídas a la Tierra por las misiones Apollo tienen muy poco hierro, y, por tanto, carecen de la habilidad para estar fuertemente magnetizadas. Al comienzo, las rarezas magnéticas no parecían estar relacionadas con características geológicas lunares como cráteres o flujos de lava. Con el paso del tiempo, misiones lunares adicionales han proporcionado más datos que demuestran que sólo algunas porciones de la corteza de la Luna tienen campos magnéticos. Un equipo de científicos postula ahora que los “trozos” magnetizados sobre la superficie lunar pueden ser los restos de un asteroide que impactó a la Luna poco después de su formación, hace aproximadamente 4.500 millones de años. El cráter de impacto, conocido como cuenca Aitken, es uno de los más grandes conocidos en el Sistema Solar.
Mark Wieczorek (Instituto de Física Global de París), describe la cuenca Aitken como “este cráter enorme que tiene aproximadamente la mitad del tamaño de Estados Unidos”, y dice que podría contener las respuestas al misterio de las rocas del Apollo 12.
Los estudios de la cuenca demuestran que es elíptica, lo que sugiere que el impacto fue ocasionado por un gran objeto que golpeó con un ángulo oblicuo. Wieczorek especula que la masa del impactador estaba formada por 10 a 30% de hierro y era aproximadamente 100 veces más magnético que el regolito lunar. Curiosamente, el ángulo de impacto estimado habría arrojado restos del objeto en un patrón muy similar a las anomalías magnéticas observadas. El material podría haberse magnetizado cuando se enfrió por un campo magnético que pudo haber existido en la historia temprana de la Luna.
Wieczorek y su equipo se propusieron probar sus teorías con simulaciones informáticas de diferentes tipos de impactos. La investigación llevó a un escenario donde un objeto golpeó la Luna con un ángulo de aproximadamente 45 grados y una velocidad de 15 kilómetros por segundo. El mejor modelo de impacto del equipo fue descrito como normal por Wieczorek, quién afirmó, “No necesitamos condiciones improbables”.
Ahora, el equipo necesita hacer frente a otra pregunta: ¿Cómo y cuándo se desarrolló un campo magnético en la Luna?
Wieczorek ofrece una solución simple: Volver a la Luna y recolectar muestras.
Fuente: Cosmo Noticias - Universe Today

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