domingo, 25 de marzo de 2012

El “anillo infrarrojo” de Saturno


El telescopio espacial Spitzer, de la NASA, descubrió en 2009 un enorme anillo infrarrojo alrededor de Saturno. ¿Y qué sabemos de Spitzer? Antes denominado SIRTF, por sus siglas en inglés, es un observatorio espacial infrarrojo enfriado criogénicamente.
Capaz de estudiar objetos que van desde nuestro Sistema Solar hasta las regiones más distantes del Universo, Spitzer es un elemento del Programa de Grandes Observatorios de la NASA, y una pieza clave desde el punto de vista científico y técnico del nuevo Programa para la Búsqueda Astronómica de los Orígenes del Universo. El observatorio Spitzer consiste en un telescopio de 0.85 metros con tres instrumentos científicos enfriados criogénicamente, capaces de tomar imágenes y espectros de 3 a 180 micras (unidad de longitud utilizada para medir cuerpos muy pequeños. Una micra es igual a 0.0001 cm o, lo que es lo mismo, una millonésima de metro). Con su gran sensibilidad, su conjunto de detectores de gran formato, su alta efectividad observacional y su larga vida criogénica, Spitzer ofrece una capacidad observacional sin precedentes. La cámara infrarroja de longitudes de onda amplias del telescopio Spitzer, conocida como el fotómetro de imágenes en bandas múltiples, tiene como finalidad escanear una sección del cielo que se encuentra alejada de Saturno y parte del interior de la órbita de Phoebe (o Febe). Los astrónomos intuían que Phoebe probablemente se estaría moviendo en círculo a través de un cinturón de polvo; cuando los científicos observaron por primera vez los datos proporcionados por el telescopio Spitzer, una cortina de polvo apareció abruptamente.
El anillo sería difícilmente observable a través de telescopios ópticos. La cantidad relativamente pequeña de partículas en el anillo no reflejaría suficiente luz visible, en particular allí en Saturno, donde la luz solar es débil.
“Las partículas se encuentran tan separadas entre sí, que si usted estuviera de pie dentro del anillo, no se percataría del hecho. Al enfocarse en el resplandor del polvo gélido del anillo, el telescopio Spitzer hizo que el hallazgo fuera algo fácil”, dicen los científicos.
Ilustración del colosal anillo de Saturno. Crédito: NASA JPL-Caltech Keck.
Sorprendentemente Spitzer descubrió en Saturno un gigantesco anillo de hielo y polvo, en donde este planeta solo aparece como un diminuto punto dentro de este nuevo anillo. La mayor parte del material del anillo comienza a unos seis millones de kilómetros de distancia del planeta y se extiende alrededor de otros 12 millones de kilómetros. El diámetro del anillo es equivalente a 300 “Saturnos” alineados lado a lado y aproximadamente 3.000 “Tierras”.
El nuevo disco se encuentra ubicado en los sectores lejanos del sistema de Saturno, con una órbita inclinada de 27 grados respecto del plano del anillo principal. El disco es tenue y está compuesto por partículas de hielo y de polvo altamente dispersadas. Los “ojos” infrarrojos del telescopio Spitzer fueron capaces de detectar el resplandor del gélido polvo, el cual posee una temperatura de apenas alrededor de 193,16 grados Celsius (menos 316 grados Fahrenheit o aproximadamente menos 80 grados kelvin).
Vista de la cara frontal de Jápeto. Crédito: NASA/JPL/Instituto de Ciencia Espacial.
“Durante mucho tiempo, los astrónomos han sospechado de la existencia de una conexión entre la luna exterior de Saturno, Phoebe, y el material oscuro sobre Jápeto”, dicen los científicos.
El descubrimiento podría ayudar a aclarar un viejo misterio acerca de una de las lunas de Saturno. Jápeto posee una apariencia extraña: una de sus caras es
brillante mientras que la otra es realmente oscura. El astrónomo Giovanni Cassini fue el primero en observar dicha luna en 1671, y años después se dio cuenta de su cara oscura, ahora denominada Cassini Regio, en su honor. Además de Phoebe, una de las lunas más lejanas de Saturno, gira en órbita en los interiores del anillo recientemente encontrado y, posiblemente, es la fuente del material que lo forma.
EL anillo gigante de Saturno podría explicar cómo es que la zona Cassini Regio se hizo tan oscura. El anillo se encuentra rotando en la misma dirección que Phoebe, mientras que Jápeto, los otros anillos y la mayoría de las otras lunas de Saturno lo hacen en el sentido opuesto. Según la opinión de los científicos, algo del oscuro y polvoroso material del anillo exterior se mueve hacia Jápeto, chocando contra la misteriosa y gélida luna, proporcionando un nuevo eslabón perdido en nuestro sistema solar.
Fuente: Cosmo Noticias

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