domingo, 8 de enero de 2012

Geología - Gran salto en la capacidad de medir las condiciones reinantes en el centro de la Tierra

El interior de la Tierra es inaccesible en su mayor parte. Hoy por hoy, es más fácil viajar a Marte que visitar, no ya el centro de la Tierra, sino incluso la base de la delgada corteza terrestre.

Los científicos pueden, no obstante, reproducir en el laboratorio las presiones y temperaturas extremas del interior de un planeta, pero sólo durante un instante fugaz, y los sistemas de medición disponibles hasta ahora sólo permitían inspeccionar con una resolución modesta los fenómenos que se desencadenan en esas fracciones de segundo.

A partir de ahora, los científicos podrán explorar con una resolución mucho mayor la materia a temperaturas y presiones muy extremas, pese a que estas condiciones sólo pueden ser mantenidas durante microsegundos en el laboratorio.

La materia en tales estados extremos está presente en el núcleo de hierro líquido de la Tierra, a 2.500 kilómetros por debajo de la superficie, así como en la densa y caliente materia del interior profundo de planetas gigantes como Júpiter.

Un nuevo dispositivo de rayos X en el ESRF (European Synchrotron Radiation Facility) en Grenoble, Francia, permite un nuevo nivel de exploración de la única zona de la Tierra aún del todo inexplorada: el centro del planeta.

Sabemos sorprendentemente poco acerca del interior de la Tierra. La presión en el centro puede ser calculada con bastante precisión a partir de la propagación de las ondas sísmicas: es de alrededor de tres millones y medio de veces la presión atmosférica. La temperatura en el centro de la Tierra, sin embargo, es desconocida, pero se cree que debe ser parecida a la que reina en la superficie del Sol.


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Las capas de la Tierra. (Foto: ESRF)



Las instalaciones del complejo ID24, recientemente inauguradas, extienden las capacidades existentes en el ESRF en cuanto a la espectroscopia de absorción de rayos X, permitiendo alcanzar volúmenes de muestra veinte veces menores que el mínimo posible hasta ahora, y resoluciones de tiempo mil veces mejores que en el pasado.

El ID24 abre nuevos campos de investigación científica, al ser capaz de observar muchos procesos ultrarrápidos.

Gracias a las nuevas tecnologías empleadas en el ID24, los científicos pueden ahora estudiar qué sucede en condiciones extremas, por ejemplo cuando los materiales experimentan reacciones químicas muy veloces, o a qué temperatura un mineral se derretirá en el interior de un planeta. Los detectores del ID24 posibilitan que las mediciones sean hechas de manera secuencial y muy deprisa (un millón por segundo) a fin de no perder ningún detalle.



Fuente: Noticias de la Ciencia y la Tecnoligía

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