domingo, 29 de enero de 2012

Cometas rasantes del Sol - “Cadáveres de cometas” en el viento solar



Los fragmentos del cometa C/2011 N3, pasando frente al Sol el 6 de julio de 2011. Crédito: SDO/K. Schrijver y colaboradores.

Un estudio publicado el 20 de enero en la revista Science sugiere una nueva e interesante posibilidad para los astrónomos: desenterrar cadáveres de cometas en el viento solar. La nueva investigación se basa en dramáticas imágenes de un cometa que se desintegró en la atmósfera del Sol en julio pasado.

El cometa Lovejoy acaparó los titulares en diciembre de 2011 cuando se sumergió en la atmósfera del Sol y resurgió relativamente intacto. Pero Lovejoy no fue el primer cometa en rozar el Sol. A mediados del año pasado, un pequeño cometa realizó el mismo viaje con resultados muy diferentes. El cometa C/2011 N3 (SOHO) fue completamente destruido el 6 de julio de 2011, cuando se aproximó a 100.000 km sobre la superficie estelar. El Observatorio de Dinámica Solar de la NASA (SDO) registró la desintegración.

“Por primera vez, vimos un cometa moverse a través de la ‘cara’ del Sol y desaparecer”, dice Pesnell, un coautor del artículo de Science y Científico de Proyecto de SDO del Centro Goddard para Vuelos Espaciales. “Fue algo sin precedentes”.

En la edición del 20 de enero de la revista Science, el equipo de investigación publicó su análisis de las imágenes de SDO.

Un hallazgo clave fue la cantidad de material depositado en la atmósfera del Sol. “El cometa se disolvió en más de un millón de toneladas de gas eléctricamente cargado”, dice Pesnell. “Creemos que estos vapores finalmente se mezclaron con el viento solar y fueron enviados nuevamente al Sistema Solar”.

Pesnell dice que puede ser posible detectar tales “cadáveres de cometas” cuando pasan cerca de la Tierra. Los cometas son ricos en hielo (H2O congelado), por lo que cuando se disuelven en la ardiente atmósfera solar, los restos gaseosos contienen grandes cantidades de oxígeno e hidrógeno. Un flujo de viento solar que contiene una cantidad mayor de oxígeno podría ser una señal reveladora de un cometa desintegrado. 

Otros elementos abundantes en los cometas proporcionarían marcadores similares.

Los cadáveres de cometas son, probablemente, abundantes. Hay una gran familia de cometas conocidos como “cometas rasantes del Sol de tipo Kreutz” (“Kreutz sungrazers”, en inglés), que se cree que son fragmentos de un cometa gigante que se partió hace cientos de años. Casi todos los días, SOHO ve uno sumergirse en el Sol y desaparecer. Cada evento de desintegración crea una ráfaga de vapor de cometa que puede ser detectable por naves espaciales que sean capaces de obtener muestras del viento solar.

Pero, ¿por qué molestarse? Los investigadores están comenzando a pensar a los “sungrazers” como ‘partículas de prueba’ para estudiar la atmósfera del Sol; algo así como piedras lanzadas a un estanque. Se puede aprender mucho acerca del estanque estudiando las ondas.

De hecho, SDO observó interacciones extraordinarias entre el Sol y el cometa. Cuando C/2011 N3 (SOHO) se movió a través de la ardiente corona, el gas frío se ‘desprendió’ del núcleo del cometa y se calentó rápidamente (en cosa de minutos) a más de 500.000 °K, lo suficiente para brillar en los telescopios de ultravioleta extremo de SDO.

“El gas en evaporación del cometa brilló con tanta intensidad como el Sol, que se encontraba detrás de él”, se maravilla Pesnell.

El gas también se ionizó rápidamente mediante un proceso llamado “intercambio de carga”, que hace que el gas responda al campo magnético del Sol. Atrapada en las garras de los bucles magnéticos que ‘enroscan’ la corona solar, la cola ionizada del cometa se mueve hacia atrás y adelante en los momentos finales antes de la desintegración.

Observar esta clase de interacción Sol-cometa podría revelar nuevos datos acerca de las estructuras termal y magnética de la atmósfera solar. De la misma manera, medir cuánto tiempo le toma a los “cadáveres de cometas” alcanzar la Tierra, y luego muestrear los gases cuando llegan, podría ser muy informativo.

“Antes de SDO, nadie soñó que podríamos observar un cometa desintegrarse dentro de la atmósfera del Sol”, dice Pesnell, quien confiesa que incluso él fue escéptico. Pero ahora, “Soy un creyente”



Fuente: Science@NASA

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