Pero si existen, esos planetas probablemente carezcan de vida tal y como la conocemos.
El hallazgo es resultado de un experimento de laboratorio en la Universidad Estatal de Ohio, Estados Unidos. En dicho experimento, unos investigadores recrearon las temperaturas y presiones del manto inferior de la Tierra para estudiar cómo se forman ahí los diamantes.
Se quería averiguar qué le ocurre exactamente al carbono dentro de planetas de otros sistemas solares, y si los sistemas solares que son ricos en carbono podrían producir planetas compuestos en buena parte por diamante.
Wendy Panero y Cayman Unterborn usaron los resultados de sus experimentos para construir modelos digitales de los minerales que se deben formar en planetas compuestos por más carbono que el que está presente en la Tierra.
El resultado: Es posible que los planetas con una masa quince veces superior a la de la Tierra estén hechos de diamante en un porcentaje de hasta el 50 por ciento de su composición total.
Esos planetas ricos en carbono tendrían un núcleo y un manto, al igual que la Tierra. Sin embargo, los núcleos probablemente serían muy ricos en carbono, y en el manto también predominaría el carbono, gran parte de él en forma de diamante.
Planeta con una composición rica en diamante. (Recreación artística de Jorge Munnshe para NCYT)
El núcleo de la Tierra está compuesto principalmente por hierro, y el manto mayormente por minerales a base de sílice, como resultado de los elementos que estaban presentes en la nube de polvo que dio origen a nuestro sistema solar. Los planetas formados en sistemas solares ricos en carbono deben pues seguir una receta química diferente.
Por sus características, la Tierra retiene bastante calor interno. Sin embargo, el interior de una superTierra muy rica en carbono se congelaría rápidamente, haciendo que el planeta fuera pobre en energía geotérmica, apenas tuviera tectónica de placas, y estuviera virtualmente desprovisto de campo magnético. Estas características dificultan el surgimiento y la preservación de la vida.
Fuente: Noticias de la Ciencia y la Tecnología
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