domingo, 20 de noviembre de 2011

Exploración Espacial - Se encuentran pruebas de un “gran lago” en Europa y un nuevo hábitat potencial para la vida


En un significativo hallazgo en la búsqueda de vida más allá de la Tierra, científicos de la Universidad de Texas en Austin, y de otros centros, han descubierto lo que parece ser un cuerpo de agua líquida del volumen de los Grandes Lagos de Norteamérica encerrado dentro de la capa de hielo de Europa, la luna de Júpiter.
El agua podría representar un potencial hábitat para la vida, y podría haber mucho más lagos en las regiones superficiales de la corteza de Europa, escribe la autora principal, Britney Schmidt, becaria de posdoctorado en el Instituto de Geofísica de la Universidad de Texas, en la revista Nature.

Lago de Europa
Lago de Europa Crédito: Britney Schmidt/Dead Pixel FX/Univ. of Texas at Austin

Además de incrementar el potencial para la vida, el lago recientemente descubierto está cubierto por unas capas de hielo flotante que parecen estar colapsando, proporcionando un mecanismo de transferencia  de nutrientes y energía entre la superficie y un vasto océano, del que ya se deducía su existencia, bajo la gruesa capa de hielo.
“Una opinión dentro de la comunidad científica ha sido: ‘ Si la capa de hielo es gruesa, es algo malo para la biología – ya que podría significar que la superficie no se comunica con el océano subyacente’”, señala Schmidt. “Ahora vemos las pruebas de que, aunque la capa de hielo sea gruesa, puede mezclarse vigorosamente. Eso podría hacer a Europa y su océano más habitables”.
Los científicos se centraron en las imágenes de la nave Galileo de dos características superficiales de Europa, aproximadamente circulares y de suelo  irregular, conocidas como Chaos. Basándose en los procesos similares vistos en la Tierra – en capas de hielo bajo glaciares que se sitúan sobre volcanes – los investigadores desarrollaron un modelo en cuatro pasos para explicar cómo se forman dichas características en Europa. Éste resuelve varias observaciones contradictorias, algunas de las cuales parecían sugerir que la capa de hielo es gruesa y otras que es fina.
“Leí el artículo e inmediatamente pensé, sí, eso es, esto tiene sentido”, dice Robert Pappalardo, científico investigador sénior en la Sección de Ciencias Planetarias de la NASA que no participó en el estudio. “Es el único modelo convincente que encaja con todo el rango de observaciones”. Para mi, sí, ésa es la respuesta correcta”.
Los científicos tienen buenas razones para creer que su modelo es correcto, basándose en observaciones de la Tierra y de Europa de la nave Galileo. Aun así, debido a que los lagos deducidos están varios kilómetros bajo la superficie, la única confirmación real de su presencia, procedería de una futura misión diseñada para estudiar la capa de hielo. Tal misión está calificada como misión principal con la segunda máxima prioridad por el reciente Estudio de la Década de Ciencias Planetarias del Consejo de Investigación Nacional, y está siendo actualmente estudiada por la NASA. En la Tierra, se usan radares para obtener imágenes de características similares dentro del hielo, y están entre los instrumentos que se están considerando para una futura misión a Europa.
“Esta nueva comprensión de los procesos de Europa no habría sido posible sin las bases de los últimos 20 años de observaciones de las capas de hielo de la Tierra, y de las capas de hielo flotante”, dice Don Blankenship, coautor y científico investigador sénior del Instituto de Geofísica, donde dirige los estudios aéreos de radar de las capas de hielo de la Tierra.
Los coautores de Schmidt y Blankenship son Wes Patterson, científico planetario del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Johns Hopkins, y Paul Schenk, científico planetario del Instituto Planetario y Lunar en Houston.
La investigación estuvo patrocinada por el Instituto de Geofísica de la Universidad de Texas en la Escuela Jackson de Geociencias de Austin, la Fundación Vetlesen y la NASA.
El artículo, “Active formation of ‘chaos terrain’ over shallow subsurface water on Europa“, aparece como un avance de la publicación on-line de la revista Nature el 16 de noviembre.
Fuente: Ciencia Kanija - Universidad de Texas

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