sábado, 24 de septiembre de 2011

Kepler descubre un planeta “invisible”


Impresión artística del exoplaneta Kepler-19c (en primer plano). El punto delante de la estrella es Kepler-19b. Crédito: David A. Aguilar.

Por lo general, cinco minutos de retraso son algo malo ya que puedes perder tu reserva para cenar o perderte las entradas para el último espectáculo. Pero cuando un planeta se atrasa cinco minutos, los astrónomos se emocionan porque sugiere que otro mundo está cerca.

La nave espacial Kepler de la NASA ha detectado un planeta que de forma alternada se atrasa y adelanta en su órbita debido a que un segundo mundo “invisible” tira de él. Esta es la primera detección confirmada de un planeta previamente desconocido usando este método. Ninguna otra técnica podría haber encontrado al compañero invisible.

“Este planeta invisible se da a conocer por su influencia sobre el planeta que podemos ver”, dijo la astrónoma Sarah Ballard del Centro Harvard-Smithsoniano de Astrofísica (CfA). Ballard es la autora principal del estudio, que ha sido aceptado para ser publicado en The Astrophysical Journal.

“Es como tener a alguien que te juega una broma tocando el timbre de tu puerta y que huye. Sabes que hubo alguien allí, aunque no puedas observarlo cuando sales a ver”, añadió.

Tanto el mundo visible como el invisible orbitan la estrella similar al Sol conocida como Kepler-19, que se encuentra a 650 años-luz de la Tierra en la constelación de Lyra. La estrella de magnitud 12 está bien situada para ser vista por telescopios de aficionados en las noches de septiembre (en el hemisferio norte).

Kepler localiza planetas buscando una estrella que disminuya ligeramente su luminosidad cuando un planeta la transita, pasando por el frente de la estrella desde nuestro punto de vista. Los tránsitos entregan una pieza crucial de información: el tamaño físico del planeta. Mientras mayor sea la disminución de la luz, mayor tamaño tiene el planeta con relación a su estrella. Sin embargo, el planeta y la estrella deben estar exactamente alineados para que podamos ver un tránsito.

El primer planeta, Kepler-19b, transita su estrella cada 9 días y 7 horas. Orbita la estrella a una distancia de 13,5 millones de kilómetros, donde es calentado a una temperatura de aproximadamente 900 grados Fahrenheit. Kepler-19b tiene un diámetro de casi 30.000 kilómetros, esto es, poco más de dos veces el tamaño de la Tierra. Puede que se asemeje a un “mini-Neptuno”, sin embargo, su masa y composición se desconocen.

Si Kepler-19b estuviese solo, cada tránsito seguiría al siguiente como un reloj. En cambio, los tránsitos se atrasan o adelantan cinco minutos. Cada variación en el tiempo de tránsito muestra que la gravedad de otro mundo está tirando de Kepler-19b, aumentando o disminuyendo su velocidad de manera alternada.

Históricamente, el planeta Neptuno fue descubierto de manera similar. Los astrónomos que rastreaban a 
Urano notaron que su órbita no encajaba con las predicciones. Se dieron cuenta que un planeta más lejano podría estar dando empujones a Urano y calcularon la ubicación esperada del mundo invisible. 

Pronto, los telescopios observaron a Neptuno cerca de su posición prevista.

“Este método es una gran promesa para el hallazgo de planetas que no se puedan encontrar de otra manera”, indicó el astrónomo de Harvard y coautor David Charbonneau.

Hasta ahora, los astrónomos no saben nada acerca del mundo invisible Kepler-19c, además de que existe. Pesa muy poco para tirar lo suficiente de la estrella y así medir su masa. Y Kepler no lo ha detectado transitando la estrella, sugiriendo que su órbita está inclinada con respecto a Kepler-19b.

“Kepler-19c tiene múltiples personalidades de acuerdo con nuestros datos. Por ejemplo, podría ser un planeta rocoso en una órbita circular de 5 días, o un planeta gigante gaseoso en una órbita alargada de 100 días”, dijo el coautor Daniel Fabrycky de la Universidad de California, Santa Cruz.

La nave Kepler continuará monitoreando a Kepler-19 durante toda su misión. Estos datos adicionales ayudarán a confirmar la órbita de Kepler-19c. Futuros instrumentos terrestres como HARPS-Norte intentarán medir la masa de Kepler-19c. Sólo entonces tendremos una pista de la naturaleza de este mundo invisible.

 CfA

Cosmo Noticias

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