La extinción de finales del Pérmico, de lejos la crisis bilógica más dramática que afectó a la vida en la Tierra, puede no haber sido tan catastrófica como se pensaba para algunas criaturas, de acuerdo con un nuevo estudio liderado por la Universidad de Bristol.
Un equipo internacional de investigadores estudió los pararreptiles, un diverso grupo de vertebrados terrestres de extravagante aspecto que variaban en forma y tamaño. Algunos eran criaturas pequeñas, esbeltas y ágiles similares a lagartos, mientras que otros alcanzaban el tamaño de rinocerontes; muchos tenían huesudos ornamentos, pelo y pinchos de hueso en sus cráneos.
Los investigadores encontrar que, sorprendentemente, los pararreptiles no se vieron muy afectados por la extinción de finales del Pérmico más que en cualquier otro punto de sus 90 millones de años de historia. Además, el grupo en general declinó y se diversificó una y otra vez a lo largo de su historia, y no fue hasta unos 50 millones de años después de la crisis de finales del Pérmico cuando los pararreptiles desaparecieron finalmente.
Durante la extinción de finales del Pérmico, hace unos 250 millones de años, grupos completos de animales y plantas se desvanecieron a la vez, o disminuyeron en número significativamente, y la recuperación de los supervivientes fue lenta y prologada hasta que tuvieron lugar nuevas radiaciones.
Estudiando el registro fósil, los paleontólogos pueden examinar cómo los grupos individuales de organismos respondieron al evento de finales del Pérmico y evaluar cómo de drástico fue. Sin embargo, dado que la calidad y completitud del registro fósil varía considerablemente, tanto geográfica como estratigráficamente, los paleontólogos tienen que encontrar una forma de ‘unir los puntos’ y encajar los fragmentos de un complejo mosaico para dar una descripción mejor y más satisfactoria de la diversidad de la vida antigua.
El equipo liderado por el Dr. Marcello Ruta de la Facultad de Ciencias de la Tierra de Bristol, y que incluye a científicos de Alemania, Brasil y Norteamérica, usó las relaciones evolutivas entre pararreptiles conocidos para producir una estimación corregida del cambio de la diversidad a lo largo del tiempo.
El Dr. Marcello Ruta comentó: “Las relaciones evolutivas pueden solaparse en una escala temporal, permitiendo deducir partes perdidas de la diversidad pasada. Son potentes herramientas que complementan y refinan el registro conocido de la diversidad extinta. Si visualizas las relaciones evolutivas en forma de diagramas de ranas y luego las dibujas a escala temporal, empiezan a surgir nuevos patrones, llenándose rápidamente los huecos en el registro fósil”.
Uno de los miembros del equipo, Juan Cisneros de la Universidad Federal de Piauí en Ininga, Brasil, dijo: “Es como si los fantasmas del pasado aparecieran de pronto y se unieran a sus parientes en un gran árbol familiar – tienes un árbol mayor. De esta forma, puede empezar analizando la abundancia observada y extrapolada de especies a lo largo del tiempo, y puedes cuantificar nuevos eventos de origen y extinción que de otra forma pasarían inadvertidos si sólo estuvieses mirando a los hallazgos conocidos”.
El coautor Johannes Müller del Museum für Naturkunde en Berlín, añade: “Los investigadores que tratan el tema del cambio de diversidad a través del tiempo tienen una enorme batería de métodos básicos y avanzados tanto analíticos como estadísticos a su disposición para estudiar patrones de diversificación y extinción. La visión clásica del libro de texto de grupos que suben y bajan a lo largo de grandes cantidades de tiempo ciertamente se beneficiará, donde sea posible, del uso del pensamiento evolutivo”.
Linda Tsuji de la Universidad de Washington, también parte del equipo de investigación, concluye: “Ésta es la primera vez que se ha examinado la historia de los pararreptiles con tanto detalle. Pero esto es sólo el principio. Estos extravagantes vertebrados siguen inspirando a generaciones de investigadores, no sólo aquellos interesados en las extinciones masivas. Son abundantes, diversos, y aún sabemos muy poco sobre su biología. Esperamos que este estudio inicie una investigación más profunda de la respuesta de los vertebrados terrestres a las catástrofes globales”.
Los nuevos hallazgos se publican on-line en la revista Palaeontology.
Fuente Original: Ciencia Kanija / Universidad de Bristol