Se ha obtenido una "fotografía" de la conductividad eléctrica del enorme penacho subterráneo de roca caliente y parcialmente fundida que alimenta al supervolcán de Yellowstone. La imagen sugiere que el penacho es aún más grande de lo que parecía en las imágenes anteriores creadas mediante ondas sísmicas.
La nueva "foto" la ha tomado el equipo de los geofísicos Michael Zhdanov, de la Universidad de Utah, y Robert B. Smith del Observatorio del Volcán de Yellowstone.
En un estudio anterior, de 2009, Smith se valió de ondas sísmicas generadas por terremotos para crear las imágenes sísmicas más detalladas hasta el momento de las entrañas tórridas de Yellowstone. Las ondas sísmicas se mueven más rápido a través de roca fría, y más lento a través de roca caliente. Las mediciones de las velocidades de las ondas sísmicas se usaron para crear una imagen tridimensional.
Las imágenes de 2009 mostraban que el penacho de materia rocosa caliente y fundida desciende desde Yellowstone en un ángulo de 60 grados y se extiende unos 240 kilómetros al oeste-noroeste hasta un punto a por lo menos 660 kilómetros bajo la frontera de Montana con Idaho, lo más lejos que se pudo "ver" con las ondas sísmicas.
En el nuevo estudio, las imágenes de la conductividad eléctrica del penacho de Yellowstone, obra de rocas fundidas de silicato y agua salada caliente mezcladas con rocas parcialmente fundidas, muestran que la parte conductiva del penacho desciende más suavemente, en un ángulo de unos 40 grados al oeste, y se extiende unos 640 kilómetros de este a oeste. La imagen geoeléctrica permite "ver" hasta sólo unos 320 kilómetros de profundidad.
El estudio sísmico muestra el penacho subterráneo. (Foto: The University of Utah)
Toda información que se obtenga sobre la actividad geotérmica de Yellowstone es importante ya que este supervolcán, por ahora adormecido, experimentó tres erupciones colosales, hace 2 millones de años, 1,3 millones, y 640.000 años. Estas explosiones fueron 2.500, 280 y 1.000 veces mayores, respectivamente, que la erupción del Monte Santa Helena en 1980. Estas erupciones cubrieron hasta casi la mitad de Norteamérica con una capa de cenizas de muchos centímetros de grosor.
Fuente Original: Noticias del Espacio