En un hallazgo científico que tendrá importantes repercusiones para las investigaciones climáticas, se ha constatado que la acción de los icebergs que van a la deriva en el Mar de Weddell eleva los niveles de clorofila en el agua, lo que a su vez puede aumentar la absorción del dióxido de carbono en el Océano Antártico.
Los resultados de la nueva investigación indican que el desplazamiento de los icebergs y el agua de deshielo que éstos van diseminando tienen un papel importante en la distribución de fitoplancton en el Mar de Weddell, algo que era del todo insospechado.
Los resultados obtenidos por el equipo de John J. Helly, director del Laboratorio de Ciencias Medioambientales y de la Tierra, que depende de la Universidad de California en San Diego y del Instituto Scripps de Oceanografía, indican que los icebergs son muy proclives a influir sobre la dinámica del fitoplancton en una región conocida como la Zona del Iceberg Alley, al este de la Península Antártica, la porción de ese continente que se extiende en dirección a Chile.
Lo descubierto en el nuevo estudio agrega una nueva dimensión a las investigaciones anteriores realizadas por el mismo equipo de trabajo. Esos estudios previos cambiaron la percepción de los icebergs como elementos enormes, pero pasivos, del paisaje marino antártico. El grupo demostró con anterioridad que los icebergs actúan como "oasis" oceánicos de nutrientes para la vida acuática y los pájaros marinos.
(Foto: Philip Hall, NOAA)
Lo descubierto también confirma que estos icebergs errantes son importantes no sólo para los ecosistemas marinos, sino también para el ciclo global del carbono.
Fuente Original: Noticias del Espacio