lunes, 18 de abril de 2011

No sólo el más fuerte sobrevive


Una nueva teoría sobre evolución cuestiona la idea de que ‘sólo sobrevive el más fuerte’. Esto significa que la biodiversidad podría evolucionar donde previamente se creía imposible.




La idea de Darwin de que sólo el más fuerte sobrevive ha sido puesta en tela de juicio por una nueva investigación publicada el 27 de marzo en la revista Nature.

Una colaboración entre las Universidades de Exeter y Bath en Reino Unido, junto con un grupo de la Universidad Estatal de San Diego en Estados Unidos, desafía nuestra actual comprensión de la evolución demostrando que la biodiversidad puede evolucionar donde previamente se creía imposible.

El trabajo representa un nuevo enfoque para el estudio de la evolución que puede, eventualmente, llevar a una mejor comprensión de la diversidad de las bacterias que causan las enfermedades humanas. 

Comprender los mecanismos tras la evolución de la vida en la Tierra es también un objetivo principal de la astrobiología en la NASA.

La sabiduría convencional nos dice para cada nicho dado debería existir una mejor especie, la mejor adaptada (o más fuerte), que eventualmente dominará para excluir a todas las demás.

Ese es el principio de la supervivencia del más fuerte. A menudo, los ecologistas llaman a esta idea el ‘principio de exclusión competitiva’, y predice que los medio ambientes complejos son necesarios para soportar poblaciones complejas y diversas.

El profesor Robert Beardmore, de la Universidad de Exeter, dijo: “Los microbiólogos han probado este principio mediante la construcción de medio ambientes muy simples en el laboratorio para ver qué sucede después de cientos de generaciones de evolución bacteriana, alrededor de 3.000 años en términos humanos. Se creía que sólo el genoma de la bacteria mejor adaptada permanecería, pero no fue eso lo que encontraron. Los experimentos generaron grandes cantidades de inesperada diversidad genética”.

Esta biodiversidad de probeta fue controversial cuando se observó por primera vez y ha sido explicada afirmando que el tiempo es insuficiente para que surja un claro ganador.

La nueva investigación muestra que los experimentos no tuvieron anomalías.

El profesor Laurence Hurst, de la Universidad de Bath, dijo: “La clave es comprender que la cantidad de energía que los organismos absorben de su alimento depende de cuanta comida tengan. Si se les da alimento abundante lo usan de manera ineficiente. Cuando combinamos esto con la idea de que los organismos con diferentes estrategias de utilización del alimento se ven afectados en diferentes formas por las mutaciones genéticas, descubrimos un nuevo principio, uno en que tanto el adaptado como el no adaptado coexisten indefinidamente”.


La bacteria Escherichia coli. Crédito: Universidad de Exeter.

La Dra. Ivana Gudelj, también de la Universidad de Exeter, dijo: “Los bien adaptados usan bien el alimento, pero no son resistentes a las mutaciones genéticas, mientras que los no adaptados y poco eficientes se mantuvieron por su resistencia a las mutaciones. Si hay una baja tasa de mutación, reina la supervivencia del mejor adaptado, pero si no, pueden mantenerse grandes cantidades de diversidad”.

“Más bien, los números necesitan el principio para trabajar de acuerdo con estos enigmáticos experimentos en bacterias. Su tasa de mutación parece ser lo suficientemente alta para que tanto los adaptados como los no adaptados se mantengan”.

El Dr. David Lipson de la Universidad Estatal de San Diego, concluyó: “Trabajos anteriores han mostrado que estrategias de utilización del alimento opuestas podrían coexistir en complejos medio ambientes, pero esta es la primera explicación de cuántas relaciones, como la que estudiamos entre ritmo de crecimiento y eficiencia, pueden llevar a equilibrar la diversidad en los medio ambientes más simples posibles”.


Fuente Original: Cosmo Noticias / Astrobiology Magazine