El planeta hogar de Luke Skywalker, Tatooine, es un mundo desértico bajo dos soles, pero puede estar pasando por alto un detalle clave: Árboles negros.
De acuerdo con un nuevo estudio, los planetas extrasolares similares a la Tierra con múltiples soles pueden alojar árboles y arbustos negros o grises en lugar del verde más familiar.
Todo depende de las particularidades de la luz disponible para la fotosíntesis, el proceso mediante el cual la planta convierte la luz solar en energía. La fotosíntesis produce oxígeno y finalmente proporciona la base para la mayor parte de la vida en la Tierra.
“Si se encontrase un planeta en un sistema con dos o más estrellas, habría potencialmente más fuentes de energía disponibles para llevar a cabo la fotosíntesis” dice el autor principal del estudio Jack O’Malley-James, de la Universidad de St. Andrews en Escocia, en un comunicado. “La temperatura de una estrella determina su color y, por tanto, el color de la luz usada para la fotosíntesis. Dependiendo de los colores de la luz estelar, las plantas evolucionarían de manera muy distinta”.
El verde no está predeterminado
La mayor parte de las plantas de la Tierra son verdes debido a que contienen una biomolécula llamada clorofila que dirige la fotosíntesis. La clorofila absorbe la luz solar con más fuerza en las longitudes de onda rojas y azules, lo cual tiene sentido: la luz azul es extremadamente energética, y nuestro Sol emite grandes volúmenes de luz roja.
La clorofila refleja la luz solar alrededor de la parte verde del espectro electromagnético, por otra parte, lo que hace que las hojas aparezcan verdes a nuestros ojos.
Pero no hay ninguna garantía de que las plantas de otros mundos funcionen de la misma forma. Los arbustos alienígenas podrían ser naranjas o rojos, por ejemplo, dependiendo de qué longitudes de onda de la luz tienen disponibles.
En el estudio, O’Malley-James y sus colegas evalúan en potencial para la vida fotosintética en sistemas estelares múltiples con distintas combinaciones de estrellas como el Sol y enanas rojas. Eligen este tipo de estrellas intencionadamente; las estrellas como el Sol se sabe que albergan exoplanetas, y las enanas rojas son el tipo más común de estrella en nuestra galaxia.
Las enanas rojas también se encuentran habitualmente en sistemas estelares múltiples, y muchos astrónomos creen que son lo bastante viejas y estables para dar una posibilidad a que la vida eche raíces. Más del 25 por ciento de las estrellas como el Sol y el 50 por ciento de las enanas rojas se encuentran en sistemas estelares múltiples, dicen los investigadores.
El equipo realizó simulaciones por ordenador en las que los planetas similares a la Tierra orbitaban dos estrellas cercanas o una de dos estrellas muy separadas. El equipo también contempló combinaciones de estos escenarios, con dos estrellas cercanas y una estrella más lejana.
Encontraron que los planetas alienígenas que orbitan tales estrellas podría albergar plantas muy distintas a la materia verde que suele haber aquí en la Tierra.
“Las plantas con soles enanos rojos muy tenues puede aparecer negras a nuestros ojos, absorbiendo casi todo el rango de longitudes de onda visibles para usar tanta luz como sea posible”, dice O’Malley-James.
O’Malley-James presentó sus resultados el 18 de abril en la reunión nacional de la Royal Astronomical Society en Llandudno, Gales.
¿Acertó George Lucas?
Las plantas alienígenas también se ajustarían s sus estrellas de otras maneras. Si su mundo orbitaba dos estrellas brillantes como el Sol, por ejemplo, podrían evolucionar sus propios parasoles para bloquear la dañina radiación ultravioleta, dicen los investigadores. Algunas plantas en la Tierra pueden hacer esto también.
O plantas alienígenas que podrían albergar microbios fotosintéticos que pueden moverse en respuesta a súbitas llamaradas solares, comenta O’Malley-James.
Por supuesto, todo esto es especulación, dado que los científicos no han encontrado pruebas concluyentes de formas de vida más allá de la Tierra. Y hablando de especulación – las estrellas gemelas de Tatooine parecen tener un brillo similar al de nuestro Sol, más que a frías enanas rojas. Por lo que cualquier planta en la abrasadora superficie del planeta podría no desear absorber tanta radiación como sea posible – lo que significa que, después de todo, no serían negras.
Fuente Original: Ciencia Kanija / Space.com