miércoles, 13 de abril de 2011

Científicos de la NASA encuentran un nuevo tipo de mineral en un histórico meteorito



Científicos de la NASA encuentran un nuevo tipo de mineral en un histórico meteorito

La NASA y co-investigadores de Estados Unidos, Corea del Sur y Japón han encontrado un nuevo mineral conocido como “wassonita” en uno de los meteoritos históricamente más relevantes recuperados en la Antártida en diciembre de 1969.
El nuevo mineral se descubrió dentro del meteorito oficialmente conocido como Yamato 691 condrita enstatita. El meteorito se descubrió el mismo año que otros famosos meteoritos como Allende y Murchinson y el retorno de las primeras muestras lunares de Apollo. El estudio de los meteoritos ayuda a definir nuestra comprensión de la formación e historia del Sistema Solar.

Wassonita

El meteorito probablemente se puede haber originado en un asteroide que orbitaba entre Marte y Júpiter. La wassonita está entre los más diminutos, aunque más importantes, minerales identificados en la muestra de 4500 millones de años. El equipo de investigación, liderado por la científico espacial de la NASA Keiko Nakamura-Messenger, añadió el mineral a la lista de 4500 oficialmente aprobados por la Asociación Mineralógica Internacional.
La wassonita es un mineral formado a partir de sólo dos elementos, azufre y titanio, aunque posee una estructura cristalina única que no ha sido observada anteriormente en la naturaleza”, dice Nakamura-Messenger.
En 1969, miembros de la Expedición Japonesa de Investigación Antártica descubrieron nueve meteoritos en el campo de hielo azul de las Montañas Yamato en la Antártida. Ésta fue la primera recuperación relevante de meteoritos antárticos y representaron muestras de distintos tipos. Como resultado, Estados Unidos y Japón llevaron a cabo búsquedas sistemáticas de seguimiento para meteoritos en la Antártida que recuperaron más de 40 000 ejemplares, incluyendo meteoritos lunares y marcianos extremadamente raros.
Los investigadores encontraron la wassonita rodeada por otros minerales desconocidos que están siendo investigados. El mineral tiene menos de una centésima del grosor de un cabello humano o 540×450 nanómetros. Habría sido imposible descubrirla sin el microscopio electrónico de transmisión de la NASA, el cual es capaz de aislar granos de wassonita y determinar su composición química y estructura atómica.
“Pueden revelarse más secretos del universo a partir de estos ejemplares usando nanotecnología del siglo XXI”, dice Nakamura-Messenger.
El nombre del nuevo mineral se aprobó por parte de la Asociación Mineralógica Internacional. Toma su nombre en honor a John T. Wasson, profesor en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA).
“Los meteoritos, y los minerales de su interior, son ventanas a la formación de nuestro Sistema Solar”, dice Lindsay Keller, científico espacial en el Centro Espacial Johnson de la NASA en Houston. Keller es co-descubridor e investigador principal del microscopio usado para analizar los cristales de wassonita. “A través de este tipo de estudios podemos aprender sobre las condiciones que había y los procesos que tuvieron lugar entonces”.
El trabajo avanzado de Johnson en nanotecnología es parte de la Junta de Exploración Científica e Investigación en Astromateriales del centro. Actualmente trabaja en la localización de materiales celestes que serían retornados a la Tierra en naves. La instalación colabora con la industria, universidad y organizaciones internacionales.
“La belleza de esta investigación es que realmente demuestra cómo el Centro Espacial Johnson se ha convertido en un líder predominante en el campo del análisis a nanoescala”, dice Simon Clemett, científico espacial en Johnson y co-descubridor del nuevo mineral. “En palabras del gran poeta inglés William Blake, ahora somos capaces de ver ‘el mundo en un grano de arena’.
Los colaboradores del descubrimiento del nuevo mineral incluyen a Clemett, Keller y Zia Rahman de la Junta de Exploración Científica e Investigación en Astromateriales de Johnson; Alan Rubin de UCLA; Byeon-Gak Choi de la Universidad Nacional de Seúl en Corea del Sur; Shouliang Zhang del Instituto Planetario y Lunar en Houston; y Katsunari Oikawa de la Universidad de Tohoku en Japón.


Fuente Original: Ciencia Kanija / NASA